EL MUNDO
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La intriga empieza ahora
El “día después” del catártico funeral de Juan Pablo II estuvo marcado por un retorno del Vaticano –y de quienes asistieron a las ceremonias del viernes– al tradicional silencio que caracteriza a los Estados. Los cardenales que elegirán al futuro Papa acordaron ayer no hablar más con la prensa mientras preparan el cónclave que escogerá al sucesor de Juan Pablo II, en tanto miles de fieles volvían a sus países y Roma recuperaba su paisaje habitual. El vocero de la Santa Sede, Joaquín Navarro Valls, dijo que los cardenales decidieron ayer por unanimidad no conceder más entrevistas ni hacer declaraciones a la prensa, para prepararse para el encuentro a puertas cerradas que comienza el próximo lunes 18 de abril y del que saldrá el nuevo Papa. “Los cardenales iniciaron un período de silencio y oración”, dijo Navarro Valls. Autoridades de la Iglesia revelaron esta semana que algunos cardenales se quejaron de las especulaciones de la prensa sobre el futuro Papa, por considerar que ésta podría influir en electores poco familiarizados con aquellos mencionados como papables. Al mismo tiempo, el Vaticano dijo que la canonización de Karol Wojtyla, que fue reclamada con gritos y pancartas por los peregrinos de la Plaza San Pedro, era una decisión que debía tomar –o no– el futuro Pontífice. Y en cuanto a los “milagros” diplomáticos del viernes, uno fue desmentido y otro confirmado: el presidente iraní Mohamed Jatami negó haber conversado con su par israelí Moshe Katzav, mientras Siria confirmó que su presidente Bashar al Assad sí habló con Katzav y también le estrechó la mano.
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