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Bielsa lo anticipó
Si lo hubieran citado para dar pronósticos, podría haber ayudado a ganar mucho dinero. Los apostadores –que arriesgaron alguna cifra en el mercado negro para adivinar quién resultaba Papa y así multiplicar las cifras– estarían agradecidos: hace casi una semana, el canciller Rafael Bielsa vaticinó desde Alemania, donde acompañaba al Presidente en viaje oficial, que el bávaro Josef Ratzinger sería electo como sucesor de Juan Pablo II. “Creo que está bien rumbeado”, coincidió cuando un conductor radial le dijo desde Buenos Aires que el próximo papa saldría de Alemania. En el diálogo se recordó la trayectoria del por entonces cardenal alemán en la Congregación para la Defensa de la Doctrina de la Fe. En ese perfil del nuevo Pontífice, se mencionó –con tono crítico– su claro perfil conservador. “Para no crearme un problema con la Conferencia Episcopal, quiero aclarar que cuando dije que estaba bien rumbeado no me refería a las críticas”, aclaró después Bielsa. La prudencia del canciller es una muestra de la diplomacia con que el Gobierno espera manejarse con las nuevas autoridades de la Iglesia.
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