EL MUNDO • SUBNOTA › BOMBAS Y SECUESTROS A SOLO UN GOLPE DE TECLA
› Por E. F.
La llamada ciberjihad plantea un difícil dilema a los servicios de inteligencia. ¿Cómo encontrar a un enemigo en un espacio invisible y en constante expansión? Como lo observa el criminólogo francés Alain Bauer, “desde que comenzó la guerra en Irak se ha visto una profusión de portales anunciando reivindicaciones bastante dudosas. Hemos llegado a la conclusión de que se trata de la reutilización de los comunicados de más de cien grupos radicales que, si bien comunican entre sí, tienen su propia lógica. Algunos de esos grupos utilizan a Al Qaida como un método rápido de hacer entender a los occidentales de qué se trata”. ¿Cómo localizarlos o neutralizarlos? “Difícil”, confiesa Alain Chouet, ex jefe de los servicios secretos franceses. “Si se cambian los puntos de acceso en cada caso, tres o cuatro individuos bien ubicados en Irak son suficientes para escribir los mensajes y transmitirlos a donde quieran”, explica.
Anne Giudicelli, directora de la consultora Terrorisc, constata también que “cuando se trata de Internet, esos grupos siempre están más adelantados que nosotros”. Los ciberjihadistas se han vuelto expertos en el arte de camuflar sus respectivas identidades. Mustafa Setmarian Nasar, un experto en armas bacteriológicas, es el autor de un célebre manual que logró disimular en el corazón de un servidor comercial norteamericano. Lo mismo ocurre con los videos de los kamikazes o aquellos que enseñan a preparar atentados o a confeccionar explosivos. Para evitar ser descubiertos, esas secuencias –12 minutos por lo general– cambian constantemente de servidor escondiéndose en portales comerciales, generalmente de venta de productos. Son casi indetectables porque sus autores no transmiten de hecho ningún mensaje textual o sonoro. Son mudos: “Con los gestos se entiende todo, hasta cómo se hace para volar una estación de trenes”, dice Anne Giudicelli. En los servicios de inteligencia es célebre el ejemplo del portal Al Battar (El Sable). Al Battar aparece sólo dos veces por mes y su “especialidad” consiste en dar consejos sobre cómo capturar rehenes, cómo esconderlos y cómo negociar el rescate. La primera “bomba” virtual la elaboró Abu Mussab Al Zarqawi. En febrero de 2004 filmó la decapitación de un rehén norteamericano. La secuencia fue puesta “en línea” en el portal del Foro Islámico de Ansar, bajo el título “Abu Mussab Al Zarqawi masacra a un norteamericano”. Cabe precisar que quienes combaten a los terroristas no son tampoco inocentes. Hasta octubre de 2004, el 40% de los accesos a Internet utilizados por los ciberjihadistas pertenecían a compañías estadounidenses.
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