EL MUNDO • SUBNOTA › QUERIAN DERRIBAR UN RASCACIELOS EN CHICAGO
› Por Rupert Cornwell *
Las autoridades estadounidenses han descubierto un plan hecho por siete terroristas para detonar el rascacielo Sears Tower de Chicago y un edificio federal en Miami. Los siete hombres –cinco ciudadanos estadounidenses y dos haitianos, uno legal y el otro ilegal en Estados Unidos– fueron arrestados ayer y el jueves en un depósito en Miami y en Atlanta, Georgia.
“Eran personas que por alguna razón consideraban a su país como su enemigo”, dijo Alberto Gonzales, el fiscal general de Estados Unidos. De acuerdo con la acusación que se hizo pública ayer, los siete hombres tienen entre 22 y 32 años y habían hecho un juramento de lealtad a Al Qaida. También habrían tratado de obtener ayuda de la organización terrorista encabezada por Osama bin Laden. Fueron descubiertos cuando se acercaron a alguien que creyeron que era un operador de Al Qaida, pero en realidad era un agente secreto federal.
Narseal Batiste era el cabecilla del grupo. Desde noviembre de 2005 reclutó y entrenó a los otros para una serie de ataques, incluyendo uno sobre la Sears Tower, de 103 pisos, el edificio más alto en Estados Unidos. Todos los acusados eran afroamericanos. Residían en uno de los barrios más pobres de Miami. En varias ocasiones en diciembre pasado, decía la acusación, Batiste se reunió a una persona que alegaba ser miembro de Al Qaida, y le pidió botas, uniformes, ametralladoras, radios, y 50 mil dólares en efectivo. Batiste habría dicho que él enviaría “soldados” a detonar la torre Sears, así como un edificio del FBI en el norte de Miami Beach.
Según Gonzales, la verdad es que “el individuo que creían era un miembro del Al Qaida, estaba en realidad trabajando con la Fuerza de Tareas Antiterroristas del Sur de Florida”. Batista le dijo a esta persona que un grupo formado recientemente quería “matar a todos los demonios que podamos” en una misión que sería “tanto o más grande que el 11 de septiembre”.
El plan parece haber sido cortado de cuajo, y los funcionarios estadounidenses dicen que no existe una amenaza inminente. Pero el asunto demostró que la principal amenaza terrorista a Estados Unidos no yace en las células dormidas de los operadores extranjeros de Al Qaida, sino en los extremistas nacidos en Estados Unidos.
“La convergencia de la globalización y la tecnología creó una nueva marca de terrorismo”, dijo Gonzales.
* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
Traducción: Celita Doyhambéhère.
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