Sáb 29.07.2006

EL MUNDO • SUBNOTA  › EN LA FRANJA SE PROBO LA ESTRATEGIA LIBANESA

Un laboratorio llamado Gaza

› Por Anne Penketh *
Desde Gaza

Un niño de 12 años muerto en una camilla. Una madre en estado de shock después de que su hijo fuera muerto de un tiro por estar parado en el techo. Suena un teléfono y una voz en árabe entrecortado les ordena a los residentes que abandonen sus hogares porque están en peligro de muerte. Estas son instantáneas de un día en Gaza donde Israel está peleando una guerra oculta, mientras el mundo mira para otro lado, hacia el Líbano.

Es una guerra de contención y control que convirtió a la asediada Franja de Gaza en una prisión sin entrada ni salida, y sin protección para una temible batería de aviones teledirigidos, misiles de precisión, proyectiles de tanques y rondas de artillería. Hasta anoche, 29 personas habían muerto en las 48 horas de violencia más concentradas, desde que un soldado israelí fue secuestrado por militantes palestinos hace justo un mes. La operación lleva el nombre de código Las Columnas de Sansón, un castigo colectivo para los 1,4 millón de habitantes de Gaza, sometidos a una ofensiva estilo el Líbano, que ha hecho blanco en la infraestructura civil, destruyendo redes de suministro de agua, la principal usina eléctrica y puentes.

Las similitudes con los ataques israelíes al Líbano son llamativas, lo que hace pensar que la ofensiva de Gaza fue una prueba para la estrategia militar que ahora se despliega en el segundo frente al norte. En Gaza, después de la victoria de los fundamentalistas islámicos de Hamas en enero, Israel, con ayuda de Estados Unidos, inició inmediatamente un boicot. Israel obtuvo de la administración Bush la misma luz verde que en el Líbano, mientras el resto del mundo pide en vano un inmediato cese del fuego.

Los israelíes, que lanzaron su ofensiva sobre el Líbano el 12 de julio, después de la captura de dos soldados israelíes por los combatientes de Hezbolá, intentan crear una zona “estéril”, sin militantes en una franja de un kilómetro y medio de ancho dentro del Líbano. En Gaza, la tierra palestina ya ha sido demolida para crear un área abierta de 300 metros a lo largo de la frontera. En ambos casos, la crisis probablemente terminará con un intercambio de prisioneros. Con el Líbano dominando los titulares, Israel ha “reacomodado la ocupación” en Gaza, según la palabras de una académica palestina y miembro del parlamento, Hanan Ashrawi. Pero a diferencia del Líbano, los desesperados habitantes de Gaza no tienen dónde huir.

Las señales aquí son que la presión militar de Israel está resultando contraproducente. Existe el riesgo de una ruptura en la estructura de la sociedad en un momento en que los principales partidos políticos, Fatah y Hamas, están como perro y gato. “La popularidad de Hamas está aumentando”, dice el viceministro de exterior palestino, Ahmed Soboh, desde la comparativa seguridad de su oficina en Ramalá, Cisjordania.

Ashrawi cree que Las Columnas de Sansón no están ni cerca de caerse. “Los israelíes creen que están marcando a fuego la conciencia de los palestinos y los libaneses con hierro candente. Pero si la gente tiene una causa justa, nunca será derrotada”.

* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12

Traducción: Celita Doyhambéhère.

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