EL MUNDO • SUBNOTA
Hablaron vagamente de una resolución de Naciones Unidas y de una fuerza multinacional, pero no ofrecieron soluciones ni plazos para un cese de fuego.
› Por Javier Del Pino *
Desde Washington
Con un lenguaje calcado y perfecta sintonía en sus argumentaciones, el primer ministro británico, Tony Blair, y el presidente de Estados Unidos, George W. Bush, apoyaron ayer la creación de una fuerza multinacional que supervise un hipotético alto el fuego en Líbano. Sin embargo, no hubo detalles sobre la composición de la fuerza ni calendario expreso para el alto el fuego, aunque ambos líderes se comprometieron a impulsar una resolución la semana próxima en el Consejo de Seguridad de la ONU.
Bush reconoció que el momento actual “es de conflicto intenso en Medio Oriente”, del mismo modo que hace unos días aceptó que la situación en Bagdad “es terrible”. Quienes esperaban escuchar un leve distanciamiento de Blair con una demanda clara de alto el fuego asistieron en su lugar a un nuevo ejercicio de mímica política. Siria e Irán son, según ambos líderes, los principales instigadores de ese bloqueo al avance democrático: “En Líbano, Hezbolá y sus patrocinadores sirios e iraníes quieren asesinar para frenar el avance de la paz y la democracia. No van a conseguirlo”, dijo Bush junto a Tony Blair en la conferencia de prensa conjunta que ofrecieron tras el encuentro.
En la práctica, la reunión culminó con un acuerdo nada concreto: la creación de una fuerza multinacional en la que previsiblemente no participarán soldados británicos ni estadounidenses. La fuerza ha de ser desplegada “de prisa”, dijo Bush, con un triple objetivo: “Ayudar a proporcionar ayuda humanitaria, facilitar el retorno de las personas desplazadas por el conflicto y apoyar al gobierno libanés para que ejerza una soberanía plena sobre su territorio y sus fronteras”. El despliegue, sin embargo, deberá estar amparado en una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU que se mantiene lejos en el horizonte. Un periodista de la BBC preguntó a Bush si, en vez de ofrecer ayuda económica a Líbano para la reconstrucción de las casas destruidas, no sería mejor pedir a Israel que dejara de destruirlas. Bush y Blair esquivaron la pregunta.
Blair aseguró que él y Bush quieren ver “una resolución de la ONU presentada y aprobada lo antes posible. Eso permitirá el cese de las hostilidades. Si esa resolución se acuerda y se cumple, podemos conseguir un fin para esta crisis”. Aunque ambos parecían sugerir que ese acuerdo podría llegar antes de que termine la semana próxima, los dos lo vincularon al cumplimiento de la resolución 1559 de Naciones Unidas que estableció en 2004 la obligación del gobierno libanés de desarmar a las milicias de Hezbolá.
En este sentido, Francia, que hasta el lunes ejerce la presidencia de turno en el Consejo, está afinando el contenido y el lenguaje de una resolución pidiendo un alto el fuego inmediato en el Líbano. El objetivo es que ese documento pueda ser debatido la próxima semana por los 15 miembros de este órgano, durante una reunión ministerial.
Bush anunció también el regreso de su secretaria de Estado, Condoleezza Rice, a la zona del conflicto. “Sus instrucciones son trabajar con Israel y Líbano para lograr una resolución aceptable que pueda estar la semana próxima en el Consejo de Seguridad”, dijo el mandatario norteamericano.
* De El País de Madrid. Especial para Página/12.
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