El ex ministro de Educación Martín Zilic fue la principal víctima del movimiento pingüino. Fuertemente criticado durante la crisis estudiantil en mayo y junio pasados, el jefe de la cartera fue reemplazado semanas después de concluidas las tomas de colegios. La nueva ministra sería Yasna Provoste, que venía de ejercer funciones en el Ministerio de Planificación y Cooperación. Los “pingüinos” habían descargado toda su bronca por las falencias educativas en la figura de Zilic, como si él fuera el culpable de toda la situación. Por eso, a la Asamblea estudiantil le llenó de satisfacción el cambio de ministro. En cambio, con la cabeza más fría, los dirigentes estudiantiles sintieron temor por el cambio de mando. “Provoste es mucho mejor para las negociaciones que Zilic. Es muy inteligente, tecnicista, sabe llevar negociaciones y algunas veces es indolente”, explicó María Huerta. “Lo que más me molesta es que muchas veces le digo: ‘¿Y qué piensa usted?’. A lo que ella responde: ‘Yo soy ministra de Educación de este país’. Zilic era mucho más humano”. En opinión de los dirigentes pingüinos, el gobierno optó por poner a alguien más intransigente al frente de la cartera. Alguien que tiene que cumplir.