La noticia apareció en todos los medios bajo el título de “Urgente”. Los televisores captaron la atención de todos. Los informes indicaban que un avión se había estrellado contra un edificio en Nueva York. Imágenes de fuego en los pisos superiores de un edificio de la parte este de la ciudad inundaron las cadenas televisivas. Las alarmas se dispararon al instante, más aún teniendo en cuenta la fecha: 11 de octubre. El número no trae buenos recuerdos, por los atentados del 11-S en distintas ciudades de Estados Unidos, entre ellas Nueva York, y el 11-M en Madrid.

El mundo quería saber si se trataba de un atentado terrorista. Los medios indicaban que se trataba de un supuesto accidente, pero dejaban lugar a la duda. Desde un principio los funcionarios norteamericanos indicaron que se estaba investigando. “El FBI no tiene indicios por el momento de que haya una relación con el terrorismo”, dijo Richard Kolko, portavoz del FBI. La cadena CNN retrató el sentimiento de temor de la población neoyorquina, y de la gente de todo el mundo que seguía la noticia a través de televisión o Internet. “Avión se estrella en edificio: provoca muerte, miedo y fuego”, se leía en la página web de ese medio. La noticia apareció en la portada de todos los diarios online, tanto estadounidenses como de otros países. “Pequeño avión choca contra edificio de Manhattan”, tituló el New York Sun como noticia principal, junto a una foto del rascacielos en llamas.

Las imágenes de televisión y las sirenas de las decenas de vehículos de policía, bomberos y servicios sanitarios que se desplazaron hasta el lugar devolvieron por un rato a los neoyorquinos a los atentados en los que murieron casi 3000 personas hace cinco años. “Todo el mundo es muy susceptible ante un accidente de estas características en Nueva York”, admitió el alcalde de la ciudad, Michael Bloomberg. Chris Foege, de 38 años, ejemplificó el sentimiento descripto por el alcalde. “Me quedé ahí paralizado, pensé ‘no puede estar pasándonos lo mismo, otra vez’”, explicó Foege, un representante comercial que pasaba cerca del lugar. “Era como el 11 de septiembre”, agregó.

Fue una tarde de tensión e incertidumbre, hasta que se comenzó a conocer más información. La hipótesis de que se trataba de un accidente quedó confirmada cuando el único ocupante de la aeronave fue identificado como Cory Lidle, lanzador de los New York Yankees. Desde ese momento, el perfil de la noticia cambió por completo. Los informes comenzaron a concentrarse en la figura del beisbolista, y en la tragedia que significaba la pérdida de un hombre tan joven. “Lanzador de los Yankees muere en choque de avión”, tituló el New York Times junto a una foto de Lidle en plena acción, lanzando una bola.