Para despedir sus diez años en el gobierno, el primer ministro británico Tony Blair ya organizó una última visita a su amigo y principal aliado en el mundo, el presidente estadounidense George Bush. El próximo miércoles y jueves los dos mandatarios se reunirán en la Casa Blanca para repasar sus “metas comunes” por última vez. Hablarán de la situación en Irak y Afganistán, del proceso de paz en Medio Oriente, de las negociaciones por el programa nuclear iraní y del imparable genocidio en Darfur, Sudán. Antes de anunciar el encuentro, el presidente estadounidense había elogiado la gestión de su aliado. “Extrañaré a Tony Blair. Es una figura política capaz de pensar sobre el horizonte. He descubierto que es un hombre que mantuvo su palabra, lo que a veces es extraño en los círculos políticos en los que me muevo”, había dicho Bush, agradeciendo la fidelidad que hasta último momento mantuvo Blair con respecto a la cuestionada invasión de Irak.