El barrionuevismo volvió a pedir ayer la cabeza de Hugo Moyano al frente de la CGT, en un plenario en el que también hubo duros cuestionamientos para ministros y funcionarios que “se inmiscuyen en la vida del movimiento obrero”. Le criticaron al camionero que “haya intentado un enfrentamiento de clase” en relación con la actitud que proclamó su gremio en medio de la disputa del Gobierno con las organizaciones agrarias y que trate de “ponerle techo a las negociaciones salariales, favorecido por los subsidios que recibe del Estado”. El sector que lidera el gastronómico no asistirá a la reunión pactada para mañana por los distintos agrupamientos cegetistas –el moyanismo, los Gordos e independientes– para lograr un acuerdo de cara al congreso del 14 de julio, donde la CGT elegirá su nueva conducción y ratificaría a Moyano como secretario general.

“Reiteramos nuestra postura de buscar la unidad del movimiento obrero, pero con un cambio en la conducción de la CGT”, afirmaron “51 secretarios generales” de distintos gremios que responden a Luis Barrionuevo. El plenario, que se realizó en la sede del sindicato de Viajantes, cerró cualquier negociación con el moyanismo y anunció que pegará el faltazo a la reunión de mañana, en la que el camionero quería lograr un consenso mínimo para el congreso cegetista de julio.

“Queremos el cambio de Moyano al frente de la CGT”, afirmaron para despejar cualquier duda y embistieron contra el ministro de Planificación, Julio De Vido, a quien consideran el principal aliado del camionero en el Gobierno: “No podemos permitir que un ministro con dedo mágico intente influir en qué debe hacer o no el movimiento obrero”.

Carlos Acuña (estaciones de servicios) también le pegó a Moyano por su postura frente al lockout agrario: “No podemos permitir que alguien que tiene la responsabilidad de conducir la CGT haya intentado un enfrentamiento de clase, provocando un daño irreparable al movimiento obrero”. Horacio Valdez (vidrio) embistió contra el camionero por su negociación paritaria: “Usó el cargo que ostenta para intentar ponerle límites a la negociación salarial, cuando los precios se han desbordado y hoy estamos peleando por un mínimo del 30 por ciento”. Una postura que también sostuvo Silvio Etchin (carne): “Si el compañero Moyano vive de los subsidios, para él es fácil total, porque con ese porcentaje que recibe de la caja del Estado tapa cualquier bache”.

“Acompañamos al gobierno nacional porque lo votó la mayoría de los argentinos y porque es un gobierno compuesto, en su mayoría, por peronistas. Pero no podemos permitir que los funcionarios se inmiscuyan en la vida del movimiento obrero”, resumió el propio Barrionuevo para dejar sentada su postura política.

Varios de los dirigentes enrolados con el gastronómico afirman que ninguno de los agrupamientos gremiales cegetistas está dispuesto a darle un cheque en blanco al camionero y que todos pelean por sentar a sus hombres en los principales sillones de la conducción de la central sindical. “Nada está definido”, dicen para fundamentar su estrategia de asistir al congreso cegetista de julio en minoría para tratar de ensanchar las grietas que “existen” en la base de sustentación del moyanismo.

Por eso se encargan de hurgar en la interna de los otros tres grupos sindicales. Aseguran que si bien los “gordos” Armando Cavalieri (mercantiles), José Pedraza (ferroviarios) y Oscar Lescano (Luz y Fuerza) decidieron alinearse “con La Rosada” para apoyar a Moyano, “el Gitano” –como llaman a Cavalieri– no podrá parar a su propia tropa. “Un plenario de los mercantiles ya le advirtió que no quieren ningún acuerdo con Moyano con el que disputan la agremiación de sus afiliados”, afirman y lo ratifican con otro dato: al menos tres secretarios generales de los mercantiles participaron del plenario barrionuevista de ayer.

Los aliados del gastronómico insisten en que Moyano ya no tiene con los choferes la misma relación que tenía cuando Juan Manuel Palacios dirigía la UTA. En tanto, consideran que los “independientes” pelean por la secretaría adjunta de la CGT. Un lugar que Gerardo Martínez (Uocra) y Andrés Rodríguez (UPCN) reclamarían para el metalúrgico Antonio Caló, aunque éste sería el más reacio a acordar con Moyano.