EL PAíS › LECHE TIRADA, CAMIONES BALEADOS, ATAQUES A AMBULANCIAS Y HASTA UN MUERTO
La protesta de los empresarios del campo empezó a ser reivindicada por algunos intelectuales y políticos como una gesta cívica. Sin embargo, los cortes de rutas conllevaron una dosis de violencia que registra pocos antecedentes en democracia.
› Por Fernando Krakowiak
Cuando las rutas todavía estaban cortadas, la protesta de los empresarios del campo empezó a ser reivindicada por algunos intelectuales y políticos como una gesta cívica que se inició por un reclamo sectorial para luego reavivar la discusión sobre el federalismo fiscal, el papel del Congreso y los derechos ciudadanos. Se exaltó la unidad “del campo” como gesto de madurez política y se caracterizó la búsqueda del diálogo, proclamada por los empresarios rurales, como un indicador de responsabilidad frente a la “soberbia”, la “represión” y el “autoritarismo” gubernamental. El flamear de las banderas argentinas y las oraciones ecuménicas que se rezaron en las rutas ayudaron a completar un discurso que busca convertir la protesta agraria en una muestra de civilidad frente al poder central. Sin embargo, el lockout y los bloqueos de rutas de los últimos cien días conllevaron una dosis de violencia que registra pocos antecedentes en democracia. Ni siquiera las organizaciones de desocupados que durante los ’90 cortaron rutas en reclamo de comida y trabajo se animaron a provocar desabastecimiento y suba de precios. Además, durante la protesta actual se impidió el paso de ambulancias, se agredió a embarazadas, se tiraron millones de litros de leche, se balearon camiones y ómnibus, se quemaron pastizales, se incendiaron autos y se intimidó a políticos que no adhirieron al reclamo. En muchos casos no fueron prácticas generalizadas, pero existieron. Lo que sigue es una muestra de lo que también dejó el lockout.
El 26 de marzo, un piquete de productores agropecuarios en la Ruta 8, entre Canals y La Carlota, le impidió el paso a una ambulancia que trasladaba hacia Río Cuarto a Natalio Porta, jefe de Correo Argentino de Alejo Ledesma. El hombre, de 64 años, había sufrido un infarto y estaba grave. Sin embargo, los ruegos para que se le habilitara el paso fueron infructuosos. “El doctor les pidió por favor a los productores que nos dejaran pasar, pero no se movieron”, relató Dora, la esposa de Porta. Entonces, la ambulancia se tuvo que desviar a un sanatorio de Canals, pero como el lugar no contaba con los elementos necesarios para atenderlo, se lo trasladó nuevamente con la escolta de un patrullero. “Estuvimos cuatro horas dando vueltas hasta que lo atendieron, pero llegó tan mal que empezó a empeorar. Es una injusticia, me siento con impotencia”, declaró su esposa. Porta falleció una hora después de ingresar al hospital.
El miércoles 11 de junio, Claudio Spallina y Magali Mollar viajaban por Ruta 9 cuando un corte de productores los detuvo en la intersección de las localidades cordobesas de Villa María y Pilar. “Había una persona con una bandera en medio de la ruta. Yo venía agitando un trapo blanco. Freno y les muestro que mi mujer no daba más, estaba con trabajo de parto. Le pego un par de gritos para que me dejara pasar, pero burlándose se paró enfrente de la camioneta”, contó Spallina. En ese momento, esquivó el corte y siguió camino, pero más adelante, en Manfredi, fue interceptado por varios vehículos. “Me tiraron un auto encima. Se bajaron y comenzaron a golpear la camioneta y a agredirnos”, agregó Spallina. “Uno de ellos me dijo que me lo iba a hacer escupir al chico”, recordó Magali. Finalmente los dejaron ir y llegaron a la clínica. “La joven llevaba un embarazo de 39 semanas y estaba muy asustada por lo que les había sucedido en la ruta”, informó el médico Humberto Muntiel. “Gonzalo nació estresado, cuando intentamos realizar el parto normal la mamá no pujaba y el niño empezó a tener signos de sufrimiento, por eso decidimos la cesárea”, agregó. El 14 de junio, Clarín tituló: “Gonzalito, el bebé que nació ‘estresado’ por los cortes de ruta”, junto a un destacado que decía “Final feliz para una familia de Córdoba”.
En la localidad santafesina de San Genaro, productores rurales bloquearon el paso de dos ambulancias que trasladaban heridos de un accidente y les rompieron los vidrios. “Todo el personal médico del hospital y la gente de la zona repudiaron ese accionar, hasta nos querían entregar los nombres de los productores para que iniciemos acciones judiciales contra ellos”, afirmó al diario La Capital de Rosario Luis Monti, uno de los heridos que estaba siendo trasladado al momento del ataque. El hecho ocurrió el jueves 19 de junio y el accidente previo al ataque se produjo porque un ómnibus de Empresa Argentina que se dirigía a Tucumán tuvo que agarrar por un camino alternativo en malas condiciones para esquivar un piquete que bloqueaba la intersección de las rutas 34 y 65.
En Santiago del Estero también se produjeron hechos de violencia. El miércoles 19 de marzo, Andrés Torres y su familia se toparon con un corte de ruta de productores de la Sociedad Rural de Quimilí, sobre el cruce de las rutas 89 y 92. Andrés retrocedió tres kilómetros y tomó por un camino vecinal alternativo, pero también estaba cortado. Entonces intentó pasar, pero los productores lo increparon. Uno le dio una trompada en el maxilar que lo tumbó al suelo y lo dejó inconsciente. Luego de dos intentos de reanimación, su familia lo llevó al sanatorio Alberdi de la capital provincial, donde quedó internado en terapia intensiva. Entre los piqueteros había empleados de los campos más ricos de la zona. Entre ellos, el jefe de seguridad de una de las estancias. La familia aseguró que los agresores forman parte de las llamadas “Guardias Blancas”, organizaciones creadas por los empresarios para frenar la ocupación campesina.
Los productores agropecuarios de Emilia impidieron el 13 de mayo el paso de camiones con lácteos de la empresa SanCor. Carlos Meinardi, un productor de esa zona, dijo a Cadena 3: “No los vamos a dejar pasar hasta que los directivos de SanCor expliquen por qué apoyan al gobierno nacional. La gente de SanCor está apoyando al Gobierno. Eso nos parece muy mal. Y por eso sus camiones no van a pasar”. Durante el primer lockout de 21 días ya se había tirado leche y, cuando los transportistas se sumaron a los bloqueos, la situación empeoró. SanCor informó que estaba tirando entre 300 y 400 mil litros de leche por día. Los productores dijeron que eran los camioneros, pero en muchas rutas los piquetes se organizaron de manera conjunta y las responsabilidades fueron compartidas.
Durante el conflicto también se produjeron numerosas quemas de campos que llenaron de humo la Capital Federal y otras ciudades. Los dirigentes rurales en todo momento exculparon a los productores, pero hubo seis imputados por los incendios registrados en el Delta. El juez federal de Campana, Federico Faggionato Márquez, consideró al peón rural Sergio Salvador Vera autor penalmente responsable del delito de daño, estrago doloso y contaminación. Los productores Juan Leonardo Medina y Juan Pablo García fueron procesados por los mismos cargos y excarcelados. Mientras que al productor Antonio Pazzaglia y su administrador Jacinto Amantray se los eximió de prisión y siguen siendo investigados.
Dos camiones que transportaban hacienda fueron atacados a balazos el jueves 12 de junio. Los casos fueron campo adentro y pasaron prácticamente desapercibidos para los medios de comunicación nacionales. El productor Juan Carlos Carbonari denunció ante la policía que esa madrugada en un camino rural del paraje Las Moras, cerca de Sinsacate, donde se situaba uno de los piquetes más duros, dos camionetas interceptaron al camión jaula con 45 novillos y descendieron varios individuos que dispararon contra el transporte. Uno de los disparos impactó en el parabrisas. Luego, abrieron una de las compuertas del camión y mediante varios disparos espantaron a los animales. El segundo episodio fue denunciado por Jorge Cantonatti, dueño de un frigorífico en Colonia Tirolesa, cerca de Jesús María, quien aseguró que un auto y una camioneta cerraron el paso de un camión con vacas y que sus ocupantes hicieron disparos para obligar al camionero a alejarse del lugar. El día anterior también habían sido atacados seis camiones que transportaban combustible en la localidad entrerriana de Victoria. El 19 de marzo, por su parte, un ómnibus de FlechaBus que viajaba de Tucumán a Buenos Aires fue baleado cerca de las Termas de Río Hondo, en Santiago del Estero. No hubo heridos, pero la bala quedó incrustada en la carrocería. Carlos Santos, vocero de la empresa, indicó que el coche estaba parado en el piquete cuando recibió el impacto.
Los transportistas denunciaron en varias ocasiones a los productores por arrojar “miguelitos” para bloquearles el paso. Sin embargo, el hecho más violento se registró el jueves 27 de marzo en Laboulaye. Durante la mañana, los camioneros liberaron parcialmente la ruta, pero al pasar algunos perdieron el control de sus vehículos y acusaron a los productores de poner los clavos. En ese momento dieron vuelta dos camionetas y les rompieron el campamento. Uno de los camioneros debió ser internado como consecuencia de un infarto. Clara Rafo, presidenta de la Sociedad Rural de Laboulaye, se desentendió de las acusaciones al asegurar que la protesta “se venía desarrollando en forma muy tranquila” hasta que un camionero rompió una rueda “por una mala maniobra”. Ese mismo día también hubo incidentes en Río Cuarto, sobre la Ruta 30, cuando los ruralistas impidieron la salida de un camión desde un frigorífico, hecho que generó un enfrentamiento y concluyó con diez personas arrestadas.
Un camionero que transportaba pañales fue agredido por un grupo de productores en el cruce de la Ruta Nacional 8 y la provincial 4, en cercanías de la localidad de La Carlota, el lunes 16 de junio. “Los productores arrojaron una rastra para pincharle las cubiertas debajo del acoplado del camión. Pero el camionero siguió y un grupo de productores rurales lo siguió en camionetas para pararlo. Al lograrlo bajaron al conductor y al acompañante y los golpearon”, relató César Seimandi a Cadena 3. “El camión terminó con varios impactos de elementos contundentes y estamos investigando si son producto de disparos de armas de fuego, tal como denunció el camionero” Seimandi.
La familia Vaccaro, de Olavarría, denunció que el 3 de junio le quemaron el auto en la puerta de su casa porque en uno de los vidrios tenía una calcomanía con la leyenda: “Soy peronista; estoy con el Gobierno”. “No tenemos militancia en el PJ, apenas somos afiliados, y lo único que hizo mi padre fue pegar un cartel con su idea, sin atacar a nadie, así como otros ponen que están con el campo, y nos hicieron esta barbaridad”, dijo María José Vaccaro. “Es alarmante, porque mi viejo pasa todos los días por el piquete y lo tenían marcado”, agregó.
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