Al compás del sostenido ascenso que muestra en las encuestas, el precandidato presidencial Néstor Kirchner se convirtió en la nueva figura cotizada de la interna peronista. Por un lado, quedó confirmado el acercamiento que intentaría el duhaldismo con el gobernador de Santa Cruz, ahora que ya se convencieron de que el cordobés José Manuel de la Sota no levantará su popularidad en los sondeos. Por el otro, volvió a tomar fuerza el rumor acerca de que el puntano Adolfo Rodríguez Saá tentaría al santacruceño para formar una alianza, que se cristalizaría con la candidatura a vicepresidente de su esposa, la senadora Cristina Fernández de Kirchner. Cerca del gobernador desmienten una versión, descartan terminantemente la otra y ya hablan de “operaciones cruzadas” para restarle posibilidades en la interna.
Solo, al gobernador de Santa Cruz no le va mal. Despacio pero sin pausas fue ascendiendo en las encuestas y los últimos trabajos que se conocieron el fin de semana ya lo ubican segundo, detrás de Rodríguez Saá, quien muestra una leve baja. Con todo, en los alrededores de Kirchner reconocen que un acercamiento con el duhaldismo es un paso que merece ser analizado. Sobre todo porque le significaría ganar un aliado decisivo en la provincia de Buenos Aires, un distrito que por la cantidad de afiliados puede decidir una interna. Hasta ahora, Kirchner tiene como referentes en la provincia a ex frepasistas y a algunos sindicalistas.
La historia entre Eduardo Duhalde y Kirchner tiene aristas particulares. En el ‘99, Kirchner fue el único gobernador que apoyó con decisión la candidatura del hoy presidente. Luego, ya durante la campaña, tuvieron las primeras asperezas. Y terminaron de distanciarse cuando Duhalde llegó a la Rosada. Primero, Kirchner le rechazó su ofrecimiento para convertirse en jefe de Gabinete y después se convirtió en un gran crítico de algunas de sus decisiones como, por ejemplo, la devaluación.
Hoy, en el entorno de Kirchner avisan que no intentarán ningún acercamiento, sino que lo mejor en estos casos es esperar que las cosas maduren solas. Es decir, mientras se mantenga la tendencia alcista en las encuestas lo más conveniente es seguir como hasta ahora, ya que será el propio duhaldismo el principal interesado en hacer una alianza si es que sigue con ganas de derrotar a Carlos Menem. Eso sí, lo que Kirchner no desea es que esa unión signifique que pasen a tildarlo como el nuevo “candidato del Gobierno”. El santacruceño no quiere perder el perfil contestatario de su candidatura, además de que en los hechos está quedando comprobado lo mal que le va a De la Sota gracias a que largó como el caballo del comisario.
Supuestamente, en un acto para conmemorar el 17 de Octubre, el próximo jueves el duhaldismo anunciaría quién sería su candidato para la interna. La mira estaba puesta en De la Sota, pero como el cordobés “no mueve el amperímetro” –una frase repetida dentro del duhaldismo bonaerense–, no hay que esperar definiciones en el corto plazo. A esta altura no es ocioso agregar que con el apoyo del aparato de la provincia Kirchner revisaría su decisión de participar por afuera de las estructuras del PJ, dado que considera que no cuenta con las garantías necesarias de que las internas sean transparentes.
El otro rumor que involucró al gobernador de Santa Cruz fue repetido durante el fin de semana por algunos dirigentes peronistas, incluso menemistas. Volvía a reflotar la versión de un acuerdo Rodríguez SaáKirchner, que se materializaría a través de una fórmula conjunta. En más de una ocasión el ex gobernador puntano adelantó que quería como vice a una mujer, por eso se menciona a la senadora Fernández de Kirchner como su acompañante. La versión añadía que el ofrecimiento incluiría un lugar para el propio Kirchner, a quien Rodríguez Saá le cedería la Jefatura de Gabinete, el mismo cargo que el santacruceño ya le rechazó a Duhalde.
Cerca de Kirchner no le otorgaban chances a esta posibilidad. Además, negaban que se hubiera producido un primer encuentro durante el fin de semana largo. El gobernador de Santa Cruz se recluyó en El Calafate yavisó que no tenía en sus planes mantener ningún contacto político, por lo menos hasta hoy a la noche.
Sus voceros respondían que era muy sugestivo que estas versiones surgieran justo cuando las encuestas comienzan a resultarle favorables. “Es una forma de bajarnos el precio”, explicaban cerca de Kirchner. “Si nos dan negociando con uno o aceptando la vicepresidencia con otro, nos están quitando chances de ganar la interna. Por eso lo que nos conviene es seguir como hasta ahora y que después funcione la ley de gravedad: que las cosas caigan por sí solas”, agregaba.