Mié 16.10.2002

EL PAíS  › EL MINISTRO DE ECONOMIA DIJO QUE UN SENADOR LE PRESENTO A BERCUN

Verna, el hombre al que todos miran

El ministro Roberto Lavagna dijo ante la Comisión de Asuntos Constitucionales del Senado que estuvo en una cena con el lobbista Carlos Bercún que le organizó el senador Carlos Verna. La sinceridad puso al descubierto el entramado de relaciones entre funcionarios y banqueros.

› Por Eduardo Tagliaferro

–Sí, lo conozco –comenzó respondiendo Roberto Lavagna.
–¿Qué tipo de conocimiento? –quiso saber la senadora Cristina Fernández de Kirchner tratando de dilucidar qué relación existía entre el lobbista Carlos Bercún y el ministro de Economía.
–Hace dos o tres meses fui invitado a comer con el senador (Carlos) Verna. Ahí estaba Bercún.
La sinceridad de Lavagna hizo acomodarse en sus sillas a más de uno de los integrantes de la Comisión de Asuntos Constitucionales y despabiló a varios de los numerosos cronistas que cubrían la testimonial del ministro. Lo que sucedió de ahí en más no hizo más que pavimentar el camino en el que además de investigarse la existencia o no de supuestas coimas para bloquear un proyecto de ley que preocupaba a los banqueros está quedando al descubierto la fuerte unión de los financistas con funcionarios públicos que lejos de fungir como tales no son más que “consultores” que sirven a dos patrones, en el mejor de los casos.
Las respuestas de Lavagna que siguieron a este comentario no hicieron más que sumar condimentos a una sesión lo bastante sinuosa como para no despertar sospechas. Para no equivocarse, el ministro tomó una de sus carpetas y recurrió a un ayuda-memoria. Así comentó que: la comida fue por la noche. El lugar de la cena fue en la calle Hipólito Yrigoyen 1530, primer piso. Precisamente la sede de las oficinas de Carlos Bercún & Asociados S.A. El día fue el 24 de junio de este año. También participó el diputado Alberto Coto, que en la actualidad cumple funciones de coordinación entre el Parlamento, los gobernadores y el Ministerio de Economía.
De acuerdo con la versión de Lavagna, en el encuentro se discutió “el programa de canje compulsivo o el canje voluntario” de depósitos acorralados por bonos. El ministro negó que fuera presionado en esa reunión, aunque aseguró que “obviamente se intentaba persuadirme de lo beneficioso que resultaba el canje compulsivo. Además era pública y notoria la posición de la Asociación de Bancos de Argentina (ABA) a favor del canje compulsivo”.
“Obvio”, fue la respuesta de Lavagna, cuando la senadora salteña Sonia Escudero le preguntó si en la cena del “24 de junio Bercún representaba a los bancos”. A esa altura el ministro dijo que desconocía que el lobbista era un empleado suyo. Es más, aseguró que se enteró por los diarios de que su consultora estaba contratada por el ministerio. Lo paradójico es que en la cena había cuatro empleados estatales. Por eso resultó natural que los legisladores preguntaran: ¿Cuáles fueron las opiniones del senador Verna en ese encuentro? Aquí Lavagna fue piadoso y dijo que “no recordaba que Verna (presidente de la Comisión de Presupuesto y Hacienda) hubiera presentado ninguna opinión de fondo”. Ya había dicho que la cena había sido organizada por Verna en concordancia con Coto.
Las preguntas de los legisladores no eran menores. No sólo se trataba de un colega, sino también de un parlamentario que estratégicamente estuvo al frente de las comisiones de Presupuesto o de la bicameral encargada del seguimiento de las privatizaciones. Además desde de que el lobbista apareciera fuertemente sospechado por su participación en el escándalo de los probables sobornos, se supo también que precisamente entre sus vínculos privilegiados en el Senado se encontraban Verna y el hoy director del Banco Central, Ricardo Branda.
A esa altura no sólo Verna había quedado descolocado, sino también el titular de ABA, Mario Vicens. En su presentación ante la comisión legislativa Vicens había afirmado que la tarea de Bercún se limitaba a informarlos de la evolución de algunas iniciativas parlamentarias. La cena que había revelado Lavagna ponía de manifiesto que el consultor es lo que se dice “todo terreno”. Por cierto también varios funcionarios públicos cumplen con esa “cualidad”. Hubo tiempo para que ante una pregunta de la bonaerense Diana Conti el ministro repitiera: “Yo no concurrí a la consultora de Bercún. Fui a una cena con el senador Verna”. Quedaba en claro no sólo que el senador pampeano había invitado al lobbista, sino que también puede disponer de sus oficinas con cierta comodidad. Lo que siguió fueron recomendaciones al ministro para un mejor enlace con el Congreso y cierta sorpresa de Lavagna por lo que “consideraba algo normal”.
“No solamente Verna tendrá que dar explicaciones”, dijo Kirchner una vez que las luces de las cámaras se apagaran y que el ministro se retirara. Al flamante ministro de la Producción, Aníbal Fernández, que esperaba en el despacho del titular del Senado, el cordobés Juan Carlos Maqueda, le notificaron que la comisión pasaba a cuarto intermedio. Por lo que deberá volver el próximo martes. De aquí a ese día mucha tela habrá para cortar en el bloque peronista.

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