Después del paro realizado el viernes en el subte, el conflicto gremial podría extenderse y paralizar nuevamente las cinco líneas esta semana. “Nosotros no descartamos nada porque se están haciendo asambleas, consultando a compañeros de todos los sectores”, aseguró ayer el delegado de la línea B Claudio Dellecarbonara. Anunciarán hoy en conferencia de prensa “cómo continuará el plan de lucha”.

Los delegados del subte enfrentados con la conducción de la Unión Tranviarios Automotor (UTA) comunicarán de qué manera seguirán con las medidas de fuerza en rechazo a las elecciones realizadas el viernes en el sector, a las que calificaron de “faltas de representatividad”.

Dellecarbonara afirmó que los comicios fueron “impugnados de hecho porque fue a votar menos del 8 por ciento del padrón”, además de resaltar que habían presentado un escrito con el mismo objetivo en el Ministerio de Trabajo. Al desconocer la elección, los delegados optaron por no presentar lista. Finalmente, ganó la lista Celeste y Blanca, que responde al oficialismo de la UTA.

Los delegados denunciaron que la convocatoria realizada por el gremio nacional no respetaba al artículo 65 de la Ley de Asociaciones Sindicales, que establece un equilibrio proporcional entre la cantidad de trabajadores y representantes gremiales. El enfrentamiento con la UTA por parte de los trabajadores de base lleva ya muchos años en los que los representantes de las distintas líneas de subterráneos se transformaron en una voz disidente de la conducción del sindicato. Con la elección del viernes quedaría eliminado el delegado de línea, que se venía eligiendo desde hace 14 años.

Con un antecedente de suspensión de las elecciones por parte del Ministerio de Trabajo, los delegados buscaron el mismo objetivo con la medida de fuerza anunciada 48 horas antes, pero en la cartera laboral avalaron la convocatoria. El paro se cumplió el viernes y afectó a los usuarios de las cinco líneas de subterráneos y del Premetro, en una jornada en la que no faltaron las corridas y las denuncias de agresiones, llegando incluso a encerrarse Dellecarbonara en la cabina del motorman para impedir que saliera una formación de la línea B, en la estación Federico Lacroze.