Sáb 19.10.2002

EL PAíS  › HEBE DE BONAFINI VISITO EN NEUQUEN LA PLANTA OCUPADA POR LOS OBREROS

Un pañuelo de las Madres quedó en Zanon

Por Elio Brat

La presidenta de la Asociación Madres de Plaza de Mayo, Hebe Pastor de Bonafini, muy pocas veces decidió sacarse el pañuelo blanco que la identifica mundialmente y entregárselo a alguien. Lo tiene el presidente cubano Fidel Castro y también el Subcomandante Marcos en la selva mexicana de Chiapas. Y desde ayer también lo lucirá en su cuello el secretario general de los ceramistas neuquinos, Raúl Godoy, quien recibió el pañuelo “como el mayor de los premios y reconocimiento que podemos recibir los trabajadores de Zanon”. Página/12 dialogó con Hebe, después de recorrer junto a los obreros neuquinos la fábrica de cerámicos que ellos mismos mantienen en producción desde hace más de siete meses.
“Cuando entré y sentí el ruido de la fábrica funcionando me emocioné muchísimo porque sabía que era muy grande, pero no tan grande. Pensé que nuestros hijos están vivos en el entusiasmo de los obreros y en cada máquina que funciona. Me siento orgullosa de los compañeros de Zanon y me siento parte de la lucha de los trabajadores de Zanon. Y lo que tenemos que tener claro es que esto hay que defenderlo entre todos, porque ya no es sólo de los obreros de Neuquén. Siempre digo que “el otro soy yo... Y si el otro soy yo, los otros son los compañeros de Zanon y yo me siento una más de los compañeros de Zanon”.
–Con el fenómeno de las fábricas ocupadas y puestas en marcha por sus obreros, ¿qué piensan las Madres que puede darse?
–Creo que es una manera revolucionaria de encarar el nuevo sistema que nos han implantado, que es un capitalismo que te deja sin trabajo. Las Madres vemos esto con mucha esperanza y con una gran expectativa. Lo vivimos como un gran ejemplo para la Humanidad. Y no es soberbia: que obreros del sur del país, después que quisieron cerrarle su fábrica, hayan dicho nos quedamos, la ocupamos y la están haciendo funcionar, nos tiene que llenar de orgullo a todos. Revolución no es salir a tirar tiros, sino es esto: es tomar una fábrica, es tomar una tierra, es ponerla a trabajar. Eso es lo más revolucionario que se está haciendo en este momento. La generación de los desaparecidos hablaba de ocupar y tomar las fábricas, pero era casi impensable hacerlas funcionar por ellos mismos...Nuestros maridos y nuestros padres creían que ellos traían dinero a la casa porque la empresa les pagaba. Y nuestros hijos decían que eso no era así, porque ellos comían por el trabajo que realizaban sus padres con sus manos, para ser libres. Y hoy es la otra historia: es tomar la fábrica para hacerla trabajar dignamente porque te quieren quitar la posibilidad de alimentar a tus hijos. Y como hay millones de desocupados que se la pasan clamando por 150 pesos o por una bolsa de comida, estos compañeros con las fábricas tomadas nos muestran que la dignidad está en hacerla funcionar y que todos ganen lo mismo como en Zanon. Me parece una maravilla porque es una nueva manera que sin el patrón la fábrica puede funcionar, cosa que no hubieran pensado nunca mi marido y mi papá.
–¿Qué se tiene que hacer para ayudar a los obreros de Zanon?
–Hay que seguir viniendo, poniendo el cuerpo. Y cada vez que los quieran sacar, porque es difícil que la mafia pare y los deje funcionar, toda la población debe inundar la fábrica.

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