EL PAíS
› EL OPERADOR DEL MENEMISMO HABLO CON EL PRESIDENTE
Bauzá, una voz en el teléfono
El menemismo le ofreció a Duhalde designar una nueva junta electoral acordada en el PJ para evitar el congreso partidario en el que queda en minoría. La mesa de conducción del congreso analizará el tema.
› Por Martín Piqué
Por segunda vez en dos días, Eduardo Duhalde le reclamó al Congreso que ratifique las elecciones generales del 30 de marzo, suspenda las internas abiertas y simultáneas, y acepte su renuncia a partir del 25 de mayo. La demanda, que había formulado el viernes y repitió ayer, reveló su intención de despegarse de la cuestión “electoralista” y asumir el rol de garante de la sucesión presidencial. Pero su empeño no convenció al menemismo, que lo acusó de “poner en peligro” las elecciones y querer postergar las internas. Todo hacía suponer que el conflicto se agravaba. Sin embargo, una oportuna conversación telefónica entre Duhalde y Eduardo Bauzá, operador histórico del riojano, pareció distender el enfrentamiento. Según fuentes de la Presidencia, se pactó que “el tema de la Justicia no sea una traba” y que se hagan cambios en la junta electoral. El menemismo propuso que cada candidato designe dos miembros para constituir la nueva junta, lo que le permitiría evitar que lo hiciera el congreso del PJ, con neto predominio duhaldista.
Duhalde pasó el sábado en su casa de Lomas de Zamora, lejos de Chiche, que se encontraba en Mendoza, pero cerca de la discusión por el cronograma electoral y la interna del PJ. Luego de referirse otra vez al tema en su programa de radio semanal (ver nota aparte), el Presidente se encerró en su pago para descansar. A la mañana, había recibido al ex gobernador de Santiago del Estero, Carlos Juárez, un más que probable aliado en su ofensiva contra Menem. Luego se dedicó a analizar el tema que lo desvela, como a todo el peronismo: la interna partidaria, el cronograma electoral y la debate judicial sobre las internas abiertas y simultáneas.
Bauzá se comunicó con Duhalde para discutir sobre ese asunto, y también sobre la inminente convocatoria al congreso del PJ. Precisamente, la posibilidad de que el duhaldismo convoque a ese órgano partidario preocupa mucho al riojano y a su entorno. Es que Menem sabe que los bonaerenses tienen casi la tercera parte de los 800 congresales, y que con ese porcentaje más algunos apoyos de Córdoba y Santa Fe podrían disponer a su gusto del congreso. Y el Presidente ya avanzó en ese sentido: por lo pronto, el martes próximo se reunirá, a las cuatro de la tarde y en la Casa de la Provincia de Santa Fe, la mesa del organismo partidario, a cargo de Carlos Reutemann desde que Duhalde presentara la renuncia. En ese encuentro, se podría convocar al congreso para dentro de quince o veinte días.
Si el máximo órgano partidario del PJ votara una nueva junta electoral, una junta fiscalizadora y el tribunal de disciplina –cuya designación está pendiente desde hace años–, el menemismo quedaría en minoría. Y esto le impediría tener el control de los controvertidos padrones del PJ, como lo tiene ahora. Preocupado por esta posibilidad, Menem instruyó a Bauzá para que se comunicara con Duhalde y negociara algunos cambios: el ex polifuncionario de la gestión menemista transmitió las exigencias de su jefe: que no se posterguen las elecciones, cuya fecha debe ser el 15 de diciembre, y que no se convoque al congreso partidario, como propone el duhaldismo.
El diálogo telefónico entre Bauzá y el Presidente permitió acercar un poco las posiciones. Una fuente calificada de la Presidencia aseguró a Página/12 que Menem habría trasmitido su respaldo a la propuesta de que la Asamblea Legislativa le acepte la renuncia a Duhalde y se expida sobre las internas abiertas y simultáneas, para que los partidos puedan resolver, por su lado, la elección de sus candidatos. “Que la Justicia no sea una traba”, explicó el funcionario.
Pero el acercamiento más concreto se produjo en el tema de la junta electoral. En ese punto, Bauzá hizo una contrapropuesta, que fue escuchada con atención por el propio Duhalde. En concreto, el menemismo propuso modificar la junta electoral sin convocar previamente al congreso del PJ (donde quedaría en minoría). Para eso, cada sector del PJ nombraría dos representantes y los congresales del PJ se limitarían a “convalidar olegitimar” a cada postulante. La idea original de los bonaerenses, en cambio, era convocar al congreso (donde tendría la mayoría) para que éste designe a todos los miembros de la junta que fiscalizará la interna del PJ. La cuestión será discutida en la reunión ya citada del martes próximo.
La conversación de ayer, sin embargo, no eliminó las desconfianzas ni
las operaciones cruzadas. Para nada. En el duhaldismo, por ejemplo, no parecen muy dispuestos a cambiar la junta electoral sin que se reúna previamente el órgano que preside el partido. “No conviene modificar la junta electoral sin el congreso. Porque si hacemos eso, el que pierda la va a invalidar. La fórmula es convocar a un congreso rápido, y nombrar a una junta electoral”, aseguró ayer a Página/12 un duhaldista que conoce los deseos íntimos del Presidente.
El discurso que recorre por estos tiempos al duhaldismo, y que fue sugerido el jueves pasado en el acto del 17 de Octubre que Duhalde encabezó en San Vicente, es evitar las referencias públicas a la interna y dejar en manos de la Asamblea Legislativa la decisión de terminar con el culebrón de las internas abiertas y simultáneas. “Lo más racional es que traslademos a los partidos lo que tenemos que resolver, y que cada partido resuelva como pueda sus candidaturas”, repitió un diputado del duhaldismo con peso en el bloque del PJ. Claro que ese discurso parece obviar que la propuesta del Presidente no cuenta con mucho quórum entre los peronistas del Parlamento. Y que, por eso mismo, la discusión puede ser eterna o llevar mucho tiempo. Tiempo, tiempo. No casualmente lo que busca Duhalde.
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