Vie 30.01.2009

EL PAíS  › OPINION

Con los ojos en Gaza

› Por Laura Ginsberg *

Cuando el 27 de enero se conmemoró a las víctimas del Holocausto y se recordó la resistencia del ghetto de Varsovia contra el opresor nazi, en medio del aislamiento internacional al que fuera sometido por los Estados “amigos”, los ojos de la humanidad estaban puestos en la Franja de Gaza, aún sitiada, aislada y sometida por uno de los ejércitos más poderosos del mundo.

Ese día de homenaje y recordación fue instituido por las Naciones Unidas, las mismas que facilitaron 22 días de bombardeos a la población palestina, y que aún no saben si sentarán al gobierno de Israel y a sus jefes militares en el banquillo de los acusados por crímenes de guerra y por violar la legislación internacional de ayuda humanitaria.

Los ojos de la humanidad miran y acompañan a las víctimas masacradas en Gaza y repudian las políticas terroristas del Estado de Israel en esa región.

La analogía con la conmemoración no es caprichosa: es el mismo Estado de Israel el que impulsó la recordación de las víctimas del nazismo y hoy propagandiza un incremento del antisemitismo global como producto de su invasión y del genocidio en Gaza. Toda una confesión, de parte de quien se supone iba a defender a los judíos del mundo para que no sufriéramos más este tipo de agresiones.

En nuestro país, donde se han movilizado decenas de miles contra esta criminalidad, no se ha registrado una sola víctima del supuesto “tsunami antisemita”. De esta manera, DAIA y la Embajada de Israel vulgarizan el concepto de antisemitismo al confundir deliberadamente el repudio popular a los ataques del Estado de Israel con los ataques a individuos o a instituciones por su condición religiosa o étnica.

Cuando los hubo durante la dictadura militar y en la voladura de la AMIA, los ataques antisemitas fueron cometidos y/o encubiertos por el Estado argentino y sus fuerzas de seguridad. Israel fue entonces su cómplice en el encubrimiento y sostén internacional. Ahora, es el Estado argentino el que refuerza sus vínculos económicos (Tratado del Mercosur, Ley 26.437) y su complicidad política con el Estado de Israel en la masacre de Gaza.

El gobierno israelí manipula una acusación internacional de antisemitismo y pretende que los estados enfrenten y prohíban la manifestación del repudio popular contra esta política de exterminio.

Un aspecto de esta manipulación consiste en descalificar y hasta ocultar que somos muchas las víctimas del terrorismo de Estado en AMIA que nos solidarizamos con las víctimas del terrorismo de Estado en Gaza. Resulta que ahora yo, que soy una damnificada de la masacre de la AMIA y de origen judío, que sé que el Estado argentino es responsable de este atentado en, al menos, su “encubrimiento agravado”, y que defiendo a las víctimas de la criminalidad de los Estados en Israel y en la Argentina, me estaría aprovechando de esta situación internacional para provocar el antisemitismo hasta ahora encubierto y reprimido. ¡Un verdadero disparate! El nivel de manipulación para confundir a la opinión pública no conoce límites.

Los ojos de la humanidad están ahora más abiertos que nunca.

La política genocida en Gaza nos afecta a todos, nos avergüenza y sus consecuencias serán padecidas por generaciones. Su crítica y su cuestionamiento se hacen indispensables para defender los valores éticos y morales de la vida y del derecho a la existencia de los pueblos del mundo. En el homenaje a las víctimas del Holocausto y en la recordación de la heroica resistencia del ghetto de Varsovia, sumamos nuestra solidaridad para con el pueblo de Gaza, que se resiste a vivir en un ghetto, confinado entre muros y condenado a subsistir en condiciones infrahumanas.

Integrante de la Agrupación por el Esclarecimiento de la Masacre Impune de la AMIA (APEMIA) - [email protected]

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