Vie 25.10.2002

EL PAíS  › LE RESTITUYEN SU IDENTIDAD A UN HIJO DE DESAPARECIDOS

Gabriel recuperó su nombre

Después de dos años, la Justicia autorizó a Gabriel Cevasco a usar su nombre y ratificó la prisión preventiva de la mujer que lo crió.

Gabriel Matías Cevasco al fin va a poder utilizar su verdadero nombre. La Cámara Federal de San Martín ordenó ayer la restitución de su identidad porque, insólitamente, Cevasco todavía tenía su documento con el nombre que le dio el matrimonio que lo recibió de manos de una policía, pese a que hace dos años conoce cómo lo llamaron sus padres biológicos. Gabriel, un joven de 26 años que es pastor adventista, fue secuestrado durante la dictadura militar: era un bebé de tres meses que iba en los brazos de su madre, María Delia Leiva, quien continúa desaparecida. La Cámara también confirmó la prisión preventiva de Margarita Duarte, imputada por la apropiación de Gabriel.
Gabriel se sentía un mentiroso. Decía que cada vez que hacía un trámite o iba a votar sentía que estaba mintiendo porque mostraba un documento en el que no figuraba su nombre verdadero sino Ramiro Hernán Duarte, como lo llamó el matrimonio que lo anotó como hijo propio. En 1977, Cevasco fue entregado por una mujer que pertenecía a la Brigada de San Martín a una pareja de Pergamino que lo anotó como propio. A los siete años, el matrimonio que lo crió le reveló a Gabriel que lo habían adoptado y, ya adolescente, le contaron que en verdad había sido traído por una mujer policía.
Con esos datos, Gabriel comenzó a investigar por su cuenta y así llegó a la Comisión por el Derecho a la Identidad (Conadi), que funciona en la Subsecretaría de Derechos Humanos, para que le hicieran un examen genético. Así se enteró de su verdadera identidad en octubre de 2000. Ese mismo día se reunió con su padre, Enrique Cevasco –que vive en Brasil–, con su tía Adriana Leiva –que lo buscaba desde hacía tiempo– y con toda una legión de tíos y primos. Gabriel fue el nieto recuperado número 70 por las Abuelas de Plaza de Mayo.
Sin embargo, el juez de primera instancia que investiga la apropiación ilegítima no le devolvía su identidad porque sostenía que mientras no hubiera un juicio con sentencia no podía pedir la anulación de un documento y otorgar otro. Ayer, la Cámara Federal de San Martín echó por tierra este argumento de poco sentido común y ordenó que se libraran los oficios a los registros correspondientes para que se confeccionaran nuevos documentos de identidad a nombre de Gabriel Matías Cevasco.
La resolución aclara que la decisión no implica prejuzgamiento en cuanto a la causa penal. Por eso también confirmó la prisión de Margarita Duarte, detenida en San Martín. Su esposo Roberto Duarte está en Estados Unidos, con pedido de captura. A Gabriel le gusta aclarar que tiene buena relación con la mujer que lo crió, a quien visita periódicamente, y que su principal anhelo era recuperar su verdadero nombre, cuestión que quedó resuelta.
No obstante, Alberto Pedroncini, uno de los abogados impulsores de las investigaciones por el robo sistemático de bebés durante la dictadura, adelantó que aprovecharán que sigue abierta la investigación para pedir que se cite de nuevo al médico que testificó el nacimiento del bebé Duarte, que continúa en libertad. También de la mujer policía que entregó a Gabriel al matrimonio Duarte, quien argumentó problemas de memoria para no ir a declarar.
Por otro lado, el abogado explicó que el caso de Gabriel se sumará al expediente que investiga el plan para apropiarse de hijos de desaparecidos que lleva el juez federal Rodolfo Canicoba Corral, en la que están procesado once militares, entre ellos, Emilio Massera, Jorge Acosta y Guillermo Suárez Mason. Este caso puntual es importante porque prueba que los militares y las fuerzas policiales actuaban en forma conjunta en el robo de bebés y en la sustitución de su identidad.
Lo curioso es que Gabriel ya declaró en la causa de Canicoba Corral, en febrero pasado. Allí le relató su periplo en la búsqueda de su verdadera identidad que culminó en el Banco de Datos Genéticos de la Conadi, algo de lo que jamás había oído palabra en su Pergamino adoptivo. Gabriel está casado desde hace dos años con Mariela y su profunda fe religiosa lo llevó a licenciarse en Teología en la Universidad Adventista del Plata, en Entre Ríos. Hasta ahora, Gabriel no había ido a recibir su diploma porque no quería que se lo dieran con un nombre falso. Ahora podrá hacerlo.

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