EL PAíS › GABRIEL FUKS, TITULAR DE CASCOS BLANCOS DE LA CANCILLERíA
› Por Martín Piqué
El titular de Cascos Blancos de la Cancillería, Gabriel Fuks, no pudo cambiar del todo su rutina en vacaciones. Mientras descansaba en Villa Gesell, su celular lo obligó a estar atento en los horarios más imprevistos. La repartición que encabeza se encarga de prestar ayuda humanitaria ante catástrofes o guerras. Tras la invasión israelí a la Franja de Gaza, el Gobierno dispuso que Cascos Blancos enviara un grupo de médicos a la demolida ciudad palestina. Los médicos argentinos no pudieron ingresar en la Franja porque continuaban los ataques, así que se instalaron en Ramalá, Cisjordania, y ayer hicieron las primeras operaciones a niños heridos. Como otros funcionarios, Fuks alterna la gestión con la política. Su especialidad es la intrincada política porteña y, en esta entrevista, sienta posición: advierte que “la situación es mala” para el progresismo en la ciudad, asume los errores cometidos por el kirchnerismo y llama a “resignar posiciones propias para no desgastar a la oposición a Macri”.
–¿Cuál es su balance de la misión de Cascos Blancos a Gaza?
–Durante dos días el contacto del ejército israelí al que se le tenía que solicitar autorización para pasar a la Franja pidió que no se pasara. Tampoco pudo entrar la OMS. Ayer (por el martes) bombardearon la zona. Pero los médicos ya están operando en Ramalá. La misión ha sido un éxito, fue absolutamente reconocida. El Ministerio de Salud de Palestina nos ha pedido asesoramiento para un proyecto de emergentología. Quieren hacer unidades autónomas de emergencia en cada hospital. También es posible que colaboremos en la reconstrucción de Gaza, ya que el 2 de mayo se va a celebrar una conferencia internacional para planificar el tema.
–¿Cómo ve hoy el mapa político de la ciudad?
–Desde el kirchnerismo hemos perdido tres meses preciosos alrededor del debate sobre la candidatura de Telerman, cuando estaba claro que Telerman iba a hacer su propio juego y nada colectivo. La búsqueda de personajes con perfiles agudos, con cierta frivolidad, que puede parecer simpática para algunos porteños, puede ser buena en la época de las vacas gordas. Quizá genera simpatía si los bolsillos están llenos y todo sobra. Pero ya no lo es. Ahora hay que gestionar para una situación de crisis, algo que Macri ya ha demostrado que no sabe hacer.
–¿Cómo observa al progresismo en la ciudad?
–Para el progresismo la situación es mala. Lo más probable es que no lleguemos unidos a las elecciones. Solanas va a concentrar una importante cantidad de votos, Ibarra va a concentrar una mayor cantidad de votos y en el kirchnerismo perdimos un tiempo muy valioso. Ahora tenemos que resignar posiciones propias para no desgastar a la oposición a Macri.
–¿Está llamando a votar por Ibarra?
–Está claro que tenemos importantes diferencias con Aníbal. Incluso diferencias sobre el balance de la experiencia progresista en la ciudad. Pero ahora tenemos que consolidar el voto antimacrista. Y los errores los cometimos nosotros, no podemos atribuírselos a terceros. Eventualmente hay algunos buenos candidatos posibles, como Carlos Heller, o Daniel Filmus si pudiera competir, pero no puede porque tiene mandato como senador. Esta elección, con la complejidad que tiene, no debe ser una oportunidad para testear figuras que no son conocidas.
–¿Lo dice por Amado Boudou?
–Está haciendo un buen trabajo en la Anses, no tengo nada con él y además no lo conozco personalmente. Pero no podemos inventar una nueva figura todos los días. Hay que empezar a ver dónde se concentra el voto.
–¿Qué opina de los que proclaman que es necesario construir una unidad popular contra el PJ?
–Eso es una unidad electoral, la unidad popular no es contra el PJ. Pero a veces uno ha trabajado en un espacio político y necesita activar con más fuerza su diferenciación. Yo no soy un hombre del PJ. Varias veces he polemizado en público con algunos referentes del PJ, como Víctor Santa María. Pero el enemigo no es el PJ: en la ciudad el enemigo es Macri, el enemigo es la posibilidad de que fortalezca el frente que quiere tirar atrás las conquistas del ciclo de Néstor Kirchner y Cristina Fernández: el rol del Estado en la economía y la política de derechos humanos. La consigna de “unidad popular contra el PJ” no me parece acertada. Aunque, claro, hay algunos sectores del PJ que buscan tirar atrás todos los avances de estos años: tipos como De la Sota. Y también Felipe Solá, que después de hacerse el mártir de los piqueteros, ahora crea un acuerdo con el macrismo. Hay muchos que piensan que Solá, en lo profundo, siempre estuvo más cerca de Macri. Es lo que siempre pensé.
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