Jue 31.10.2002

EL PAíS  › DETUVIERON A MIEMBROS DE LA BANDA PERO NO HAY NOTICIAS DE ECHARRI

Una espera en el filo de la navaja

Al menos cinco personas fueron detenidas en varios procedimientos con parte del rescate pagado por Pablo Echarri. Pero su padre no apareció. Anoche el actor habría recibido otro llamado diciendo que Antonio está vivo y que junte más dinero porque alguien lo “mejicaneó”.

Por lo menos cinco sospechosos del secuestro de Antonio Echarri fueron detenidos anoche, en varios procedimientos, en los que se recuperó parte del dinero que había pagado la familia como rescate. Pero el final del caso seguía abierto: el secuestrado no aparecía y a medida que pasaban las horas, comenzaba a sobrevolar la idea del desenlace más temido. Los procedimientos se realizaron en los partidos de Avellaneda y La Matanza, en el Gran Buenos Aires, y en distintos puntos de la Capital Federal, con epicentro en el barrio de Congreso, donde una pareja fue detenida a bordo de un remís. Llevaban en una mochila buena parte de los 200.000 pesos que el actor Pablo Echarri –el hijo de la víctima– había pagado como rescate en una esquina oscura del barrio de Congreso. Anoche se supo que, pese a los procedimientos, la familia Echarri habría recibido una nueva llamada de los captores, con el pedido un nuevo rescate, ya que el dinero pagado habría sido “mejicaneado” por el grupo que luego fue detenido.
El hermetismo rodeó el caso desde su inicio, el jueves último, cuando Antonio Echarri fue secuestrado en su puesto de diarios de la ciudad de Avellaneda. El mismo silencio se mantuvo ayer durante todo el día, y sólo fue quebrado por los procedimientos, que alcanzaron algún grado de difusión porque se realizaron en la vía pública. Por eso hubo informaciones cruzadas, que hablaban de hasta quince detenidos en varios procedimientos. Cuatro de ellos se realizaron en la Capital Federal: Pichincha al 100, Tacuarí al 200 y Rincón al 300, donde fue interceptada una pareja que viajaba a bordo de un remís, desde el barrio de Once hasta la localidad de Lanús, en el Gran Buenos Aires.
El final del caso parecía inminente después de que el propio Pablo Echarri pagara el rescate, cerca de la medianoche del lunes. El actor tuvo que salir por la terraza de la casa paterna, en Villa Domínico, donde se instaló para conducir las negociaciones con los captores. Debió saltar hacia una vivienda vecina para poder sortear la tenaz guardia periodística que no le dio respiro desde el jueves, cuando se conoció el secuestro y se montó un virtual sitio sobre la vivienda.
La familia nunca hizo la denuncia ni mantuvo contacto con la policía ni con la Justicia. Pero los investigadores de la División Delitos Complejos de la policía bonaerense, al mando del comisario Angel Casafús, intervinieron de oficio: desde las primeras horas, monitorearon las llamadas que hacían los captores desde teléfonos públicos de Capital Federal y el Gran Buenos Aires
Así lo aseguraron a Página/12 fuentes vinculadas a la causa, según las cuales la policía habría seguido de cerca la entrega del dinero, unos 200 mil pesos que habrían sido dejados en una bolsa de consorcio en Hipólito Yrigoyen al 2200, a pocas cuadras del Congreso. También sostienen que horas después, un grupo de los presuntos secuestradores habría estado brindando con champagne en el Bingo de Caballito.
La información, proveniente de voceros policiales, no pudo ser confirmada en forma oficial: ninguna autoridad reconoció siquiera las detenciones. La incertidumbre que se generó dio pie a versiones como la que aseguraba que la banda de secuestradores fue desbaratada por error: un procedimiento apresurado por parte de una brigada, en un prostíbulo del partido de La Matanza, donde parte de la banda festejaba el éxito del secuestro.
Lo cierto es que los procedimientos de Capital Federal no fueron improvisados: los pidió el juez federal de La Plata, Manuel Blanco, a través de un exhorto a su colega porteño, Sergio Torres. Personal de la División Delitos complejos de la Federal apoyó los procedimientos realizados por la Bonaerense.
Uno de ellos fue el ocurrido en la calle Rincón al 300, donde dos vehículos policiales interceptaron a dos personas que viajaban a bordo de un remís. Habían subido en la agencia de Pasteur y Rivadavia y, según relató el chofer, se dirigían hacia Lanús para “comprar un auto”. Los pasajeros eran una mujer de 52 años y un hombre de 33, que sería su hijo.Uno de ellos llevaba, en una mochila, varios fajos de dinero, en su mayoría pesos, pero también en billetes de dólares y bonos.
El procedimiento se produjo alrededor de las 18. Comenzó en la calle y continuó en una ferretería, donde se realizó el acta de detención. A la salida, cuando los detenidos eran trasladados, los efectivos de la Bonaerense fueron agredidos por varios vecinos que los insultaron y dieron trompadas y puntapiés contra los móviles policiales. A estas dos detenciones, en Capital Federal, se agregó una tercera, según confirmaron fuentes policiales.
El paso de las horas hizo crecer la incertidumbre respecto de la suerte de Antonio Echarri. Tras el pago del rescate –en principio había sido fijado en 100.000 dólares pero finalmente se acordó en una cifra menor–, desde las primeras horas del día, la familia esperó novedades, sin resultados. Nadie pudo explicar por qué se ordenaron operativos, allanamientos y detenciones cuando la víctima aún no había sido liberada.
El temor por la vida de Antonio Echarri estuvo presente desde un principio: el hombre, de 66 años, padece de diabetes, es insulinodependiente y sufrió un preinfarto hace apenas unos meses.
Lo cierto es que anoche los procedimientos que continuaban en su búsqueda no habían arrojado resultados. A última hora se supo que la familia Echarri habría recibido una nueva llamada de los secuestradores, en la que aseguraban que Antonio estaba con vida y que sería liberado en forma inminente. Esa versión permitía suponer que una parte de la banda se había quedado con el dinero, que nunca llegó a los que tenían en su poder al secuestrado. “Quedate tranquilo que tu viejo está bien, mañana lo vas a escuchar, pero saquen a toda la policía de la Capital”, sería la frase que oyó el actor de quienes le habrían pedido un nuevo rescate.
Anoche, frente a la casa de los Echarri, se había congregado una multitud, mezcla de curiosos, vecinos y fans del actor que acudieron a expresar su afecto. Cerca de allí, en la Brigada de Investigaciones Complejas con asiento en Bernal, eran alojados los detenidos en los distintos operativos. Hoy serán trasladados a La Plata para ser indagados por el juez federal Manuel Blanco, quien deberá determinar cuántos de ellos están vinculados con el secuestro de Echarri.

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