EL PAíS
› EL ARI PRESENTA EL SABADO SUS BASES DE DISCUSION PROGRAMATICA
Shock redistributivo, contrato moral
El ejemplo petista en Brasil disparó planes y esperanzas en la Argentina. La CTA prepara ideas y propuestas para revertir lo que ve como un cuarto de siglo de políticas que intentaron destruir “el perfil redistributivo” de nuestro país. Y el ARI pone a punto un amplio programa político que incluye un fuerte shock distributivo por medio de planes sociales, recuperar el petróleo, revisar las privatizaciones, renegociar la deuda y reformar la Constitución.
› Por José Natanson
Un shock redistributivo en base a tres planes sociales básicos, la recuperación del control de los recursos petroleros a través de la revisión de los contratos, la renegociación de la deuda y la discusión de su legitimidad en tribunales internacionales, y una profunda reforma constitucional. El documento del ARI –titulado “Bases para la discusión de un programa de Gobierno”– es un amplio programa de cambio, que incluye capítulos con propuestas concretas para cada área de gestión. Será presentado el sábado que viene en el Teatro Coliseo, en simultáneo con el lanzamiento formal de la candidatura presidencial de Elisa Carrió.
Difusión
El documento es un especie de diario –tiene ese formato– de 16 páginas, que se dará a conocer el sábado y que en los próximos meses se distribuirá por todo el país. Con una foto de Carrió, dos colores en la tapa y blanco y negro en el interior, contiene los puntos básicos del plan del ARI.
La primera parte es el “contrato moral”. Redactado personalmente por la chaqueña, se fundamenta en la tesis de que las sociedades sólo superan crisis gigantescas en base a una refundación moral. Según Carrió, esto comienza con un arrepentimiento colectivo, ya que recién después de aceptar esa premisa es posible avanzar en acuerdos propositivos, divididos en dos aspectos: el institucional y el económico-social.
Hay una segunda versión del programa, más amplia, que podrá consultarse en Internet. Se trata de una síntesis de las políticas elaboradas por los equipos técnicos del ARI: contiene datos detallados, estadísticas y un nivel de aproximación más concreto a los problemas de cada área.
No todo tiene el mismo nivel de detalle. Página/12 accedió a los borradores de las iniciativas, que los equipos del ARI coordinados por el economista Rubén Lo Vuolo y la diputada Marcela Rodríguez terminaban de sintetizar en los últimos días: las propuestas de algunas áreas, como la educación o el turismo, quedaron deliberadamente abiertas para la discusión. Otros capítulos, en cambio, incluyen más precisiones: la política económica y social, pensada como un todo, tiene pautas muy concretas.
La economía
La idea es avanzar gradualmente hacia una economía mixta en base a una estrategia de shock redistributivo generado con dos políticas. La primera se basa en tres planes: el Ingreso Ciudadano para la Niñez, el Ingreso Ciudadano para los Mayores y un Seguro de Empleo y Formación para los desocupados: es una iniciativa similar a la del Frenapo, cuyo origen es un proyecto de ley presentado en 1994 por Elisa Carrió y elaborado por Lo Vuolo, que se ha ido perfeccionando y que absorbería progresivamente los planes de jefas y jefes de hogar.
La segunda política es un plan de incentivos directos del Estado a sectores económicos específicos, seleccionados a través de tres criterios: la capacidad para generar empleo, la balanza de oferta y demanda de divisas (el objetivo es generar superávit comercial) y la capacidad de integración regional.
Para financiarlo, el ARI propone una política monetaria cuidadosamente expansiva que no ponga a la economía en riesgo de inflación y que mantenga el equilibrio fiscal. El documento asegura que el gasto público argentino no es alto –ni desde el punto de vista histórico ni en comparación con otros países– sino que está mal asignado. Es posible elevarlo al ritmo del crecimiento de la recaudación.
Con el objetivo de quitarle regresividad a la estructura impositiva, se implementará una reforma que contemple la rebaja del IVA (no se especifica cuánto), la implementación de un gravamen sobre la renta financiera yotras actividades improductivas, la revisión del impuesto a las Ganancias (eliminando exenciones), la desaparición de impuestos ineficientes (como el monotributo), la creación del fuero penal tributario, y la reforma y rejerarquización de la AFIP.
Los aranceles se bajarían, porque no tiene sentido consolidar políticas proteccionistas con un tipo de cambio alto. Y se pondrán en marcha controles más estrictos para regular los movimientos de capitales especulativos.
El documento propone mantener el tipo de cambio flotante, con intervención del Central: el dólar alto –sostiene– fomenta las exportaciones.
En cuanto al sistema financiero, el plan es reformarlo desarrollando bancos regionales de asistencia a los productores y pymes. Esto incluye una salida gradual del corralito en base a la implementación de fondos fiduciarios. También propone modificar la Carta Orgánica del Banco Central –considerado hoy un instrumento de presión de los sectores financieros– para que actúe en sintonía con Economía.
Con el objetivo de mantener una relación “madura y seria” con el FMI, se plantea la renegociación de la deuda externa, con quitas sobre los intereses y el capital, la inauguración de un registro de acreedores para fijar categorías y prioridades y la discusión de la legitimidad de los compromisos en los tribunales arbitrales internacionales. En este capítulo, se aclara que el ARI no reivindica el default, pero que está dispuesto a pagar sólo lo que corresponde.
La situación de las empresas privatizadas, que ni la Alianza ni Eduardo Duhalde se animaron a encarar, es un tema especialmente sensible. El documento sostiene que se avanzará en el análisis de los pliegos (en la versión de Internet hay un apartado dedicado a cada caso) y agrega que la idea no es reestatizar las empresas, salvo aquellos casos en que se comprueben incumplimientos o irregularidades graves. En cuanto al petróleo, se propone recuperar el control estratégico y obligar a la liquidación de divisas en la Argentina a través de una renegociación que ponga sobre la mesa los incumplimientos detectados desde su traspaso a manos privadas.
Otras propuestas
Aunque no tiene el mismo nivel de detalle que el capítulo económicosocial, la reforma institucional incluye algunas cuestiones muy concretas. La más básica, una reforma constitucional que avance en la caducidad de los mandatos legislativos. Además, el ARI plantea la remoción de los ministros de la Corte Suprema y la declaración de la nulidad insanable de las leyes de Obediencia Debida y Punto Final. También propone una reforma del Ministerio Público a través de la descentralización de las Fiscalías, como se implementó en algunos programas piloto en la Capital.
Hay otras iniciativas. En educación, por ejemplo, se promete un piso presupuestario efectivo y una mayor participación de los docentes en la gestión. En seguridad, la reforma de la Policía Federal con énfasis en la prevención. En cuanto a la política previsional, diagnostica el fracaso del sistema de las AFJP y postula una reforma para que las instituciones no se dediquen a la timba financiera. En relaciones exteriores, el objetivo es la consolidación del Mercosur a través de una mayor institucionalización.
En el ARI aseguran que no es un plan cerrado sino lineamientos básicos, que se irán discutiendo en talleres de modo tal de tener el programa definitivo antes de fin de año.
En cualquier caso, parecen bastante entusiasmados con el acto del próximo sábado. No sólo porque se festejará la formalización del ARI como partido nacional, ni por el lanzamiento de la candidatura de la chaqueña. Cerca de Carrió están convencidos de que luego de unos cuantos traspiés estratégicos –las reuniones para pelear por la renovación de los mandatos, la decisión de suspender la actividad proselitista– la presentación del programa será el punto de partida para un nuevo empujón a la campaña: aunque quizás llegue un poco tarde, Carrió y los suyos creen que permitirá no sólo neutralizar las críticas sobre la falta de propuestas sino también contrastar con un PJ enredado en una interna incomprensible.
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