EL PAíS › REUTEMANN CONTESTó A LO QUE CONSIDERó “UNA OPERACIóN” Y PUSO EN DUDA SU CANDIDATURA
La senadora Latorre había revelado a Página/12 que Reutemann le exigió que renunciara a su banca. El ex piloto lo adjudicó a una operación y dijo que su candidatura “se la metan en el culo”.
Y un día se acabó la mesura: tras casi dos décadas de cultivar una reserva casi proverbial, el senador santafesino Carlos Reutemann reaccionó ante las denuncias que hizo ayer su ex aliada Roxana Latorre en una entrevista con Página/12 en términos inéditos y acusó al kirchnerismo de estar detrás de una operación para acabar con sus expectativas presidenciales. “Si los Kirchner me quieren meter un exocet y alguien le da la posibilidad de que lo hagan, fenómeno. Aunque quieran tirarme un misil para borrarme de cualquier posibilidad electoral futura me importa un pito. Si ése es el objetivo no tengo ningún problema –aseguró, irreconocible, el ex piloto–. Si fue un operativo para que se tiren a la miércoles todas las ambiciones o la lucha a futuro, eso me importa tres pitos. Que se la recontra metan en el medio del culo, lo digo con todas las palabras.”
Reutemann también confirmó haberle pedido a Latorre que no asumiera nuevamente su banca, que renovó en las últimas elecciones. Eso “porque ha defraudado a la gente que confió en ella” al firmar el dictamen de comisión que habilitó el tratamiento de la delegación de facultades, entre ellas la de fijar retenciones, al Poder Ejecutivo. En declaraciones a una radio local, el senador admitió que no esperaba atravesar una situación de este tipo. “Era imposible pensar una cosa por este estilo, teniendo en cuenta que venimos de una campaña extremadamente dura”, amplió el Lole, quien –junto con Latorre– el 28 de junio se impuso al socialista Rubén Giustiniani por algo menos de 28 mil votos en Santa Fe.
El ex piloto también se despegó de las manifestaciones en contra de su ex socia (ver recuadro) al mencionar que durante sus recorridas proselitistas recomendó a los santafesinos que recordaran las caras de los legisladores a quienes votaban así “si a alguno se le ocurriera traicionar a la gente que los eligió, lo tomaran en cuenta y le fueran a reclamar”. E insistió con la teoría conspirativa al sostener que “cuesta creer que con la experiencia legislativa que tiene (Latorre) no haya sabido que la octava firma sea la que permitía que se habilitara el tema. No se puede entender la firma número ocho, que fue la que generó el problema y la que habilitó el tema”.
Sin embargo, el bloque de senadores del Frente para la Victoria difundió ayer un comunicado en el que defendieron la posición de la senadora. Sostuvieron que “la firma de Latorre, en disidencia total, no modificaba en nada el estado del proyecto que tenía firmas de sobra para ser tratado”, ya que “contaba con el dictamen de la mayoría perfectamente habilitado con las firmas de ocho senadores del oficialismo, a las que además hay que agregar la del dictamen en minoría y en disidencia total de la senadora Liliana Negre de Alonso”.
Por su parte, el jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, se manifestó “absolutamente preocupado” porque “desconocía esta faceta autoritaria” de Reutemann. “Llama la atención esta posición absolutamente autoritaria respecto de la senadora Latorre, porque la senadora lo único que hizo fue firmar un dictamen”, subrayó. “Pudo haberse equivocado, yo no voy a defenderla porque no tengo que defender a nadie en este caso, pero la senadora bajó a votar en contra del proyecto –continuó Fernández–. Quien no bajó a votar contra el proyecto y se quedó en su oficina fue Reutemann, con lo cual me parece un gesto autoritario presionando, intimando y en algunos casos amenazando a la senadora”. Además, el jefe de Gabinete pidió al ex corredor de Fórmula 1 que aclare “esto de estar alentando a determinados grupos de la provincia de Santa Fe que sostienen que los Kirchner, así dicen, se tienen que ir ya”.
Pero no todas fueron pálidas para el senador. El diputado Francisco de Narváez reiteró ayer que lo considera “un muy buen candidato”, pero se permitió ironizar: “Por ahí tuvo una mala mañana”. “Seguramente lo va a reconsiderar y va a recapacitar sobre lo dicho”, añadió De Narváez, que sin embargo bajó el tono al afirmar que “no son tiempos de candidaturas, son tiempos de generar liderazgos, de trabajar para las soluciones y, en este momento, a mí me satisfaría mucho que el Lole fuera uno de los candidatos”.
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