Dom 27.09.2009

EL PAíS  › ESTRATEGIAS, RAZONES PARA EL OPTIMISMO Y PARA LA PRECAUCION

Las cuentas del Gobierno

En la Rosada hacen un balance positivo de la semana, pero siguen de cerca las actitudes de cada senador. Estiman que esta semana lograrán que la ley salga de las comisiones.

› Por Daniel Miguez

Comenzó la batalla final en el Senado por la ley de Servicios de Comunicación Audiovisual y el Gobierno mostró signos de satisfacción con el arranque. Los hechos que lo alegraron fueron desde la homogeneidad demostrada en el bloque oficialista, hasta la defensa del proyecto que hizo el jueves, en una virtual interpelación, el titular del Comfer, Gabriel Mariotto, quien recibió felicitaciones desde lo más alto del Gobierno. Toda la semana entrante será destinada en lo público a la exposición de numerosos invitados del oficialismo y la oposición, y en lo privado a las tareas de convencimiento, lo que en política se llama “rosca”.

El primer punto de satisfacción para el Gobierno fue ver a casi todo el bloque consolidado en la idea de aprobar el proyecto tal como llegó con media sanción de la Cámara de Diputados. Entre los que aparecen presentando objeciones está el presidente de la Comisión de Medios de Comunicación y Libertad de Expresión –la principal de las cuatro que tendrán que dar su dictamen–, el jujeño Guillermo Jenefes, que es empresario de medios. Jenefes plantea, como la oposición, que el plazo para que los grupos mediáticos puedan desprenderse de las señales que no se adecuen a la nueva ley sea de tres años en vez de uno, como aprobó Diputados. De todos modos, en el bloque oficialista dicen que el senador dio señales de acercamiento a la posición mayoritaria de los suyos.

Otra senadora oficialista que se muestra renuente a votar la ley sin cambios es la chubutense Silvia Giusti. Más cercano está su coprovinciano Marcelo Guinle. En la suma y resta que hacen en el oficialismo saben que tendrán un voto menos porque el cordobés Roberto Urquía pidió un mes de licencia por enfermedad, pero como contrapartida la misionera Elida Vigo, que se encuentra bajo tratamiento oncológico, estaría en condiciones de ir a votar. Y a esto se suma que el catamarqueño Ramón Saadi también daría su voto al proyecto oficial.

El recuento que hizo al finalizar la semana el jefe del bloque, Miguel Pichetto, le daba 39 votos, sin contar al socialista Rubén Giustiniani y a tres habituales aliados que aún no se pronunciaron: los fueguinos del ARI, María Rosa Díaz y José Martínez, y Horacio Lores del Movimiento Popular Neuquino. Según el pulso que toman los senadores kirchneristas, Díaz y Martínez están hoy más cerca de acompañarlos que Lores.

En el Gobierno consideran que lo central es garantizar el quórum, porque saben que algunos senadores de la oposición no votarán el 14 de octubre, sobre todos los que alguna vez sufrieron a los grupos mediáticos más fuertes, como Saadi o el ex presidente Carlos Menem.

La estrategia del Gobierno es ir paso a paso. Por eso ahora todos los esfuerzos se concentran en el dictamen del plenario de cuatro comisiones, donde el oficialismo tiene mayoría. La previsión es que se pueda aprobar el viernes próximo. De ese modo los senadores tendrán doce días para analizar el proyecto, un lapso exagerado, ya que 50 de los 72 senadores integran las comisiones que emitirán el dictamen.

Pero ese plazo al oficialismo le conviene por dos razones. Por un lado para no dar lugar a las críticas que hubo en Diputados, donde la oposición se quejó de no tener suficiente tiempo para estudiar el proyecto con los cambios que se le hicieron en las comisiones. Por otra parte, hay una cuota de ardid, ya que ese miércoles 14 la presidenta Cristina Fernández de Kirchner estará de viaje oficial a la India y nuevamente el vicepresidente Julio Cobos va a tener que hacerse cargo del Poder Ejecutivo, por lo que la presidencia del Senado quedará en manos del kirchnerista José Pampuro. Por lo que, en caso de eventual empate, contrariamente a lo que ocurrió con la Ley de retenciones móviles, Cobos no estará presente.

Por ahora la posibilidad de un empate está lejos de los números del oficialismo, pero la Presidenta desde su gira le insistió a Pichetto en que no deje nada librado al azar y siga de cerca las cavilaciones de cada senador. Pichetto testea con la Presidenta cada cuestión reglamentaria de la Cámara, tema que ella conoce muy bien desde sus tiempos de legisladora.

CFK dejó en Buenos Aires a dos guardianes de la ley, uno político, Néstor Kirchner; otro jurídico, el secretario Legal y Técnico Carlos Zannini, por si se llega a la situación de que hay que abrir la ley y tocarla. Los senadores oficialistas tienen casi prohibido pensar en esa opción porque el regreso a Diputados, aunque allí se volviera a aprobar sin cambios, sería un incordio y un triunfo de la estrategia de la oposición.

En el Gobierno ven que esa estrategia opositora cambió en el Senado respecto de Diputados. Allí –sostienen– apostaron a descalificar la ley en su conjunto y no bajaron al recinto el día de la votación, a la espera de un triunfo muy ajustado del oficialismo. Cosa que no ocurrió, a la luz de los 147 votos que obtuvo, contando con 115 legisladores propios. Ahora en el Senado –analizan en el más alto nivel del Gobierno– la oposición va a trabajar para cambiar cualquier artículo, de modo que la ley tenga que volver a Diputados. “Y ahí es casi como empezar de nuevo”, advierten en la Casa Rosada.

La modificación a la que más apunta la oposición es a la de extender a tres años el período para que los multimedios puedan desprenderse de las señales que la ley no les permita tener. “Los grandes multimedios quieren que ese proceso se dé después del gobierno de Cristina, creyendo que si las elecciones de 2011 las ganan Cobos o el macrismo, los van a beneficiar”, aseguran en el Gobierno. Allí también sugieren que algunos senadores están trabajando para defender determinados intereses mediáticos. Para los más suspicaces habitantes de la Casa Rosada no se trata sólo de una declamación chicanera. Temen en verdad que alguien caiga en la tentación frente a lo que definen como “presiones de los poderosos intereses económicos afectados por la ley”. Hay mucha atención puesta en ese tema puntual.

Más allá de estas preocupaciones, el Gobierno quiere mostrar tranquilidad. Como muestra de que les está yendo bien exhiben lo que denominan ataques de un sector de los medios hacia Mariotto, después de las siete horas en las que contestó preguntas filosas de los senadores el jueves pasado. Para las fuentes del oficialismo consultadas por Página/12, Mariotto fue muy sólido y los medios afectados por la ley lo describieron como titubeante e incluso contradictorio. “Tergiversaron con total mala intención lo que dijo Mariotto y lo hicieron con títulos de tapa. Ya es surrealista”, dijo una alta fuente oficial que el mismo jueves llamó al interventor del Comfer para felicitarlo. Al día siguiente también lo hicieron Zannini y el ministro de Planificación, Julio De Vido.

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