EL PAíS
› UN CORTE AFECTO A CASI TODA LA
CAPITAL, EL CONURBANO Y SEIS PROVINCIAS
El apagón más grave de la historia
La explosión de un transformador que recibe la energía de las centrales hidroeléctricas del sur puso en jaque durante cuatro horas al sistema eléctrico nacional. Hubo dieciséis millones de personas afectadas. Faltó el agua en el área urbana y no anduvieron subtes, trenes y semáforos. El Gobierno descarta un sabotaje.
› Por Mariana Carbajal
Una explosión en un transformador de la estación Ezeiza, que recibe la energía generada en las centrales hidroeléctricas del sur del país, hizo caer como efecto dominó el sistema eléctrico nacional y dejó sin luz a casi toda la Capital Federal, el Conurbano Bonaerense y ciudades del centro y sur del país (en total, seis provincias), convirtiéndose en el peor apagón de la historia local. El gigantesco corte comenzó a las 15.28, justo media hora antes del inicio del partido entre Boca e Independiente, y dejó a miles de hinchas con las ganas de ver por TV el decisivo encuentro. Subtes y trenes eléctricos dejaron de funcionar, igual que casi todos los semáforos porteños. La pesadilla se extendió por más de cuatro horas, aunque en algunos barrios el suministro retornó antes. Sólo en el área metropolitana afectó a más 16 millones de habitantes –casi 2.000.000 de clientes de Edesur y 1.600.000 de Edenor–. Pero la falta de electricidad, en una jornada que llegó a los 35 grados de sensación térmica, no fue la peor noticia: como consecuencia del apagón, centenares de hogares de Capital y el Gran Buenos Aires también se vieron privados de agua. El transformador que se quemó pertenece a la empresa Transener, mayorista de energía. El vocero de la compañía, Oscar Dores, descartó en diálogo con Página/12 que la falla responda a maniobras de “sabotaje” o “problemas de mantenimiento”, y adelantó que están “tomando los recaudos necesarios” para que hoy “no haya problemas”. Casualmente, el corte se produjo en momentos en que las empresas privatizadas negocian con el Gobierno por el aumento de tarifas.
La falla se originó en la estación Ezeiza, ubicada en el kilómetro 50 de la ruta 3, en los alrededores de la ciudad bonaerense de Cañuelas. A las 15.28 una explosión quemó uno de los transformadores, el 2 fase R. La salida de servicio de ese equipo de gran potencia generó un efecto cascada que terminó afectando el funcionamiento de toda la estación y, a su vez, el suministro de amplias zonas del país. Se quedaron sin luz casi toda la Capital Federal, un amplio sector del Gran Buenos Aires y un altísimo porcentaje de hogares de La Plata, Mar del Plata, la costa atlántica, Bahía Blanca, Tres Arroyos, Coronel Dorrego, Coronel Pringles, Saavedra, Tornquist y Coronel Suárez, entre otros sectores de la provincia de Buenos Aires. También ciudades de Córdoba, La Pampa, Neuquén y Río Negro. En Santa Fe, fueron afectados 100 mil de los 870 mil clientes de la Empresa Provincial de Energía.
El apagón tuvo semejante magnitud porque la estación Ezeiza recibe dos de las cuatro líneas de alta tensión del llamado “Corredor del Comahue”, que trae la energía producida en las centrales hidroeléctricas de El Chocón, Alicurá, Piedra del Aguila, Cerros Colorados, entre otras usinas de la provincia del Neuquén. Ese corredor aportaba ayer más del 25 por ciento de la energía que se estaba consumiendo en el país, según precisó a este diario el vocero de Transener.
La mayor participación de energía hidráulica en el total tiene una razón: como los fines de semana la demanda es menor, bajan los aportes de las centrales térmica y nucleares, que comparativamente son más caras. “En el momento del corte estaban llegando a Ezeiza 3 millones de kilovatios, el equivalente a la energía producida por dos centrales de El Chocón juntas”, explicó Dores. Las otras dos líneas de alta tensión que vienen del sur llegan a la estación Abasto, ubicada en los alrededores de La Plata. Entre ambas estaciones proveen de energía a toda la Capital Federal y toda la provincia de Buenos Aires y a otras provincias del interior.
Dores descartó un sabotaje. “Los transformadores se rompen cada tanto como los motores de auto. La falla se produjo dentro de las instalaciones de la empresa, un predio de 15 hectáreas, absolutamente vigilado”, señaló. La misma teoría abonó el Gobierno que, a través de un comunicado de prensa de la Secretaría de Energía, aseguró que se trató de un “accidente” y descartó “cualquier tipo de sabotaje”. Según informó el vocero deTransener, hoy se conocerán los resultados de los peritajes técnicos que determinarán la causa del desperfecto.
Transener dejó de enviar energía durante 1 hora y media, tiempo que demoró en reemplazar el funcionamiento de la estación Ezeiza por grupos de generación térmica de las centrales Puerto y Costanera, de la Ciudad de Buenos Aires, entre otras fuentes.
El corte no tuvo la misma duración en todas las zonas. Por lo menos se extendió por una hora y media y duró un máximo de poco más de cuatro horas. Paulatinamente los barrios afectados se fueron iluminando. Recién a las 19 todos los clientes de Edesur pudieron prender la luz. Más del 90 por ciento de los hogares a los que esa compañía provee de energía (en Capital y el conurbano) habían quedado a oscuras, en total, 1.942.000 usuarios. “Esta es la mayor emergencia que ha sufrido el servicio eléctrico en la historia de Edesur”, destacó la compañía. En el caso de Edenor, recién a las 19.40 tuvieron energía la totalidad de sus abonados. El porcentaje de clientes de esa compañía que quedó sin electricidad fue alrededor del 70 por ciento: 1.600.000, según cálculos de la distribuidora de la zona norte.
El gigantesco apagón trajo múltiples inconvenientes. No sólo dejó a miles de hinchas sin poder ver por tele el esperado encuentro entre Boca e Independiente (ni siquiera los que tenían luz pudieron disfrutarlo, ya que no hubo señal de cable, por problemas de distribución). Centenares de hogares de distintos barrios porteños (entre ellos Caballito y Palermo) y algunas localidades del conurbano como Quilmes se quedaron sin agua. Según informó la empresa Aguas Argentinas, el corte afectó el funcionamiento de sus dos plantas potabilizadoras y de las 14 estaciones de bombeo. AA prometió regularizar el servicio antes de la medianoche. El panorama se agravó por las altas temperaturas, que ayer llegaron a una térmica de 35 grados.
No hubo subtes. Tampoco trenes, ni siquiera a gasoil, porque sin energía no podían operar las señales. Los servicios de la línea Sarmiento volvieron a correr a partir de las 17.30 y los de las ex líneas Roca, San Martín y Belgrano Sur desde las 18.30. Algunas radios cesaron su transmisión. Además, los semáforos dejaron de funcionar, aunque no hubo caos en el tránsito: jugó a favor que era domingo y el fútbol le restó gente a la calle.
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