La polémica sobre el supuesto clima de unidad que debería regir los festejos del Bicentenario continuó ayer con nuevos cruces entre el Gobierno y la oposición. La titular de la Coalición Cívica, Elisa Carrió, dijo sentirse “absolutamente feliz y desprendida de ese tipo de

disputas que ni el jefe de Gobierno porteño ni la Presidenta deberían dar” ya que “sólo ponen nubes” en la celebración. “Es un mamarracho todo lo que pasa, siento vergüenza ajena”, apuntó la diputada del PJ disidente Graciela Camaño. Ricardo Alfonsín, por su parte, instó a Macri y a la

presidenta a “dar el ejemplo” y trabajar por el bien general dejando sus diferencias personales de lado. El jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, justificó la decisión de no invitar al vicepresidente Julio Cobos a la cena de gala del 25 en la Casa Rosada. “Ha adoptado una actitud con gestos de traición”, declaró Fernández.

A pesar de sus exhortaciones a la unidad, los dirigentes de la oposición festejarán el 25 cada cual por su lado. El vicepresidente Cobos viaja a su provincia, Mendoza. Carrió ya confirmó que no irá al tedéum porteño; como no está invitada a los festejos oficiales, tampoco se la verá en ninguno de sus escenarios. El que sí irá al tedéum de Bergoglio es Francisco de Narváez. En cambio, el radical Ernesto Sanz y el socialista Rubén Giustiniani se dejarán ver en la gala del Colón.

Otro de los que habló fue el gobernador de Santa Fe, Hermes Binner. “Los argentinos vivimos situaciones realmente dramáticas y desencuentros que no podemos olvidar”, sostuvo el socialista. En declaraciones radiales, Binner sostuvo que “en estos 200 años tenemos muchos aspectos para rescatar y otros para aprender de ellos y que no vuelvan a ocurrir”, pero rescató “también muchos aciertos, como que haya cinco premios Nobel y que en algún momento Argentina haya sido el país de América latina con mayor distribución de su riqueza. Si pudimos, por qué no lo podemos hacer ahora”. El gobernador consideró “importante que haya criterios diferentes porque ayuda a pensar, pero también es cierto que hay que buscar puntos de acuerdo”.

Carrió pidió “dejar de lado” las disputas entre Mauricio Macri y la Presidenta y convocó a tener “confianza en el futuro” porque “el pasado es un amante perverso”.

“Siempre estamos dando vueltas sobre los ’70, ’80, ’90, en vez de ver cómo vamos a vivir en el 2030”, se quejó después, para opinar que “la política hace uso de ese pasado para regresar siempre de la peor manera”.

Graciela Camaño dijo lamentar “muchísimo que los argentinos tengamos que tolerar esta comedia de enredos en temas tan menores como son si va un personaje o no a algún lugar”, y comparó la actitud de los dirigentes actuales con los de 1910. “En aquel momento se hizo un trabajo de reconocimiento de los cien años que permitió una proyección muy certera de los problemas que la nación Argentina había tenido hasta allí y los temas pendientes”, elogió, pasando por alto las leyes de residencia con que en aquellos tiempos se expulsó a los inmigrantes que hacían reclamos sindicales.