Sáb 04.01.2003

EL PAíS

“Massera no te vas a escapar, siempre te vamos a escrachar”

Un grupo de militantes de la Federación Juvenil Comunista se concentró ayer frente al Hospital Naval para repudiar al represor que está internado en coma. Pintaron “Massera asesino” en las paredes.

“Che, Massera, no te nos vas a escapar, aunque vivas o te mueras, siempre te vamos a escrachar”, le cantaban los chicos de la Federación Juvenil Comunista frente al imponente Hospital Naval de Buenos Aires en cuyas paredes ahora se puede leer “Massera asesino” en rojo.
Bajo la consigna “no te mueras sin decirnos dónde están”, los militantes se juntaron en la esquina de Ramos Mejía y Franklin para marchar hasta la puerta del hospital al que el represor Emilio Massera ingresó el 12 de diciembre al sector de terapia intensiva. El genocida estuvo en coma con un respirador artificial hasta el 27 de diciembre pasado a causa de un “hematoma subdural izquierdo, drenado quirúrgicamente”, según informaron en el centro asistencial.
Esta es la segunda visita de repudio que recibe el genocida en el hospital. Es que el 1º de enero la agrupación HIJOS realizó un brindis con sidra en el hall del hospital.
“Ahora está internado y todo lo que pueda sufrir no es nada ante el sufrimiento que padecieron los 30 mil desaparecidos, sus familiares y toda la sociedad”, relató a Página/12 Gimena Sakin, una de las oradoras del acto y secretaria de la FJC. “De esta manera Massera va a escuchar el odio del pueblo hasta el día de su muerte”, relató Gimena.
Massera fue condenado a prisión perpetua en el Juicio a las Juntas y quedó libre gracias al indulto que decretó Carlos Menem. Pero en noviembre de 1998 volvió a quedar preso por apropiación de bebés, delito por el que no había sido juzgado ni tampoco indultado. Pero debido a su edad, el represor recibió el beneficio de poder cumplir la condena dentro de su casa, cosa que tampoco cumplía en forma estricta.
Ayer eran alrededor de 50 personas que entre banderas rojas saltaban y cantaban alegres frente al Hospital Naval. El tradicional cantito de los escraches sufrió una adecuación a las circunstancias: “Alerta a los vecinos, al lado de su casa está internado un asesino”, gritaban los manifestantes. “Aplaudan, aplaudan, no dejen de aplaudir, el nazi de Massera se tiene que morir”, fue uno de los éxitos de la tarde.
“Un genocida, un torturador, un secuestrador, un expropiador de niños nacidos en cautiverio, uno de los principales ideólogos y ejecutores de la página más oscura de nuestra historia, uno de los hombres más odiados por el pueblo argentino, Emilio Massera agoniza internado por un derrame cerebral”, comenzó a leer la presidenta del Centro de Estudiantes de la Facultad de Ciencias Sociales, Laura Pouso. Sakin, otra de las que tomó la palabra para leer el comunicado, señaló que la medida busca “gritarle a Massera que no queremos que muera sin el castigo popular que merece” y la enmarcó en una “forma de comenzar el año luchando contra la impunidad que los partidos políticos continúan brindando a los militares genocidas”.
Con escasa presencia policial, los militantes caminaron alrededor del edificio, hicieron pintadas y repartieron volantes a los transeúntes y conductores que abrían las ventanillas para sacar los brazos y recibir los papeles en los que estaba impreso el texto del comunicado.
En la vereda de la avenida Patricias Argentinas quedaron pintadas figuras humanas de distintos colores que representan a los desaparecidos. “¿Por qué hay tanta gente?”, preguntó un vecino a otro. “Porque acá adentro está internado Massera”, le respondieron. “Ah, espero que se muera pronto”, dijo y se fue caminando.

Informe: Gimena Fuertes.

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