Al cierre de esta edición, el ministro de Educación porteño, Esteban Bullrich, llevaba más de tres horas de reunión con una veintena de estudiantes secundarios, cuatro representantes de colegios universitarios y la FUA, seis padres y miembros del Consejo de Derechos de Niños y Adolescentes de la Ciudad. La resolución del encuentro en el que Bullrich intentó destrabar el conflicto por el cual las escuelas porteñas llevan casi dos semanas tomadas, explicaron a este diario fuentes oficiales, se demoraba por varios motivos. Los estudiantes estaban divididos respecto de la continuidad de la toma; despertaron fuertes debates los detalles del plan de obras presentado por Bullrich (quien puso sobre la mesa un proyecto de julio de este año), y la lista de reclamos resultó extensa. Lo arduo del acuerdo fue sólo el cierre de una jornada extensa en la que llovieron novedades: por la mañana, la jueza porteña Elena Liberatori calificó de “inconstitucional” la decisión oficial de “identificar” y denunciar a quienes tomen colegios (ver aparte); por la tarde, mientras equipos de Bullrich recorrían los edificios tomados escuchando reclamos y explicando el plan de obras oficial, los estudiantes preparaban una marcha vespertina (ver aparte), que prologaría la reunión nocturna.

La reunión comenzó poco después de las 19.30, cuando el ministro Bullrich y parte de su gabinete recibieron al grupo de estudiantes y padres. Poco antes de que el encuentro se iniciara, representantes de los alumnos involucrados en las tomas habían anunciado que la decisión sobre las ocupaciones de los edificios recién se tomaría durante la tarde de hoy, de acuerdo con el análisis que realice la asamblea convocada en el Normal 4 de Caballito a las 14. En la reunión, los estudiantes evaluarán “si existe un plan de obras real, con plazos ciertos y mecanismos de control con participación de estudiantes, docentes y padres”, explicó Ramiro Yordan, de la Escuela de Música Juan Esnaola.

Fuentes del ministerio confirmaron a este diario que el plan de obras presentado ayer “es el mismo plan de infraestructura anunciado el 6 de julio” por Mauricio Macri. Durante la reunión, los estudiantes habrían presentado “reclamos muy variados” y “cosas un tanto disparatadas”, desde pedir más personal de limpieza como otros “temas de mantenimiento certeros”. Los estudiantes también plantearon su malestar por el memorándum que pedía datos personales. Bullrich “explicó que hubo una mala interpretación. No se trataba de identificar, sino de saber quiénes participan de las tomas por una cuestión de seguridad de los chicos”.

Anoche nada estaba dicho. El secretario del centro de estudiantes de la Escuela Normal 1, Fernando Ramal, advirtió que “la lucha continuará más allá de las tomas, que puede que se levanten momentáneamente”.

A lo largo de la jornada, representantes del Consejo de Derechos de Niños y Adolescentes de la Ciudad y de la autoridad Tutelar, y legisladores del PRO, recorrieron escuelas tomadas para mediar en el conflicto, explicando a los alumnos y sus padres el plan de obras. “Es incompleto, porque no satisface la necesidad de la mayoría de los colegios”, explicaron representantes estudiantiles, quienes también detallaron que los “plazos (establecidos) son ambiguos”. La situación educativa de la ciudad, añadió la Coordinadora Unificada de Estudiantes Secundarios (CUES), “continúa en un deterioro insostenible”, algo por lo que responsabilizaron “directamente al gobierno de Macri”.