EL PAíS › LA PRESIDENTA PARTICIPó EN CóRDOBA DEL PRIMER ACTO PúBLICO TRAS LA MUERTE DE NéSTOR KIRCHNER
La planta de vehículos de Renault fue el escenario en el que CFK volvió a contactarse oficialmente con la gente.
› Por Julián Bruschtein
Desde Córdoba
“Hoy estoy un poco menos triste porque por allí debe andar caminando entre ustedes... El trabajó por esta Argentina como nadie. Yo quiero en nombre de él agradecerles a todos ustedes. Gracias por esta Argentina que él ayudó a construir y por la que consumió su vida.” La presidenta Cristina Fernández de Kirchner ratificó en Córdoba el rumbo económico y político de su gobierno con alusiones a su marido, Néstor Kirchner. Fue en el primer acto público después del fallecimiento del ex presidente la semana pasada y el funeral del que participaron cientos de miles de argentinos. Los trabajadores de la fábrica Renault y una multitud afuera le mostraron nuevamente su respaldo.
La histórica planta de vehículos que Renault tiene desde hace 55 años en el Barrio Santa Isabel, en la zona sur de la capital cordobesa, fue el escenario en el que CFK volvió a contactarse oficialmente con la gente. “En el 2003 se instaló un proyecto de Nación, de país diferente”, señaló la Presidenta en su discurso en conmemoración del aniversario cumplido por la fábrica. “Lo hizo un hombre que creía en su pueblo, en los argentinos. Parecía imposible volver a industrializar un país que se había devastado, porque la democracia no pudo dar batalla a las políticas neoliberales que de afuera vinieron y se impusieron en la sociedad”, remarcó Fernández de Kirchner, haciendo levantar a los trabajadores de la fábrica que empezaron a cantar “olé, olé, olé. Néstor, Néestoor” al igual que los militantes y ciudadanos cordobeses que se concentraron en las afueras de la fábrica para darle su apoyo (ver aparte).
Con la línea de producción de fondo, los operarios fabriles se agolparon sobre las vallas que los separaban de los gerentes, los funcionarios y el escenario para escuchar y vivar a la Presidenta. CFK los saludó cariñosamente llevando su mano al corazón y saludando a ambos lados para abarcar a todos. Después, volvió a recibir los vítores de los trabajadores cuando señaló enfáticamente que “lo que hay que decidir siempre es qué intereses vamos a representar, y en 2003 decidimos que íbamos a representar los intereses de la mayoría de los argentinos que querían trabajo, que querían igualdad”. Los invitados también escuchaban atentamente el mensaje que CFK estaba desgranando. El ex gobernador Juan Manuel De la Sota –que se bajó obligadamente de la candidatura presidencial porque no le daban las encuestas y su lugar fue ocupado por Kirchner en 2003– seguía atento a pesar de los silbidos que se escucharon cuando apareció su figura en la pantalla. El ex secretario de Transporte Ricardo Jaime también se sentó entre los invitados en el sector para funcionarios y gerentes de Renault.
El nuevo modelo que Renault presentaba –Fluence– reposaba detrás de la Presidenta casi como una anécdota, mientras a su derecha la escuchaban en la mesa los ministros de Economía, Amado Boudou; de Educación, Alberto Sileoni; de Trabajo, Carlos Tomada; de Industria, Débora Giorgi, y el secretario Legal y Técnico, Carlos Zanini. El gobernador cordobés, Juan Schiaretti; el intendente kirchnerista de Córdoba, Daniel Giacomino, y el gerente de Renault Argentina, Dominique Maciet, atendían a las palabras de CFK y respondían con aplausos y comentarios entre ellos. Vestida de negro, Fernández de Kirchner se mostró con aplomo y retomó su característica manera de hablar en público sin leer aún mencionando datos y cifras sobre el mercado automotriz y los objetivos planteados por su gobierno.
“Hemos batido en este mes de octubre otro record al alcanzar los 59.199 nuevos patentamientos, un 28 por ciento más que en octubre del año pasado y un acumulado de 567 mil autos en lo que va de 2010”, remarcó, apuntalando su defensa del modelo iniciado por Néstor Kirchner en 2003. “Creemos en el valor agregado –continuó–, sabemos que es necesario desarrollar un sólido mercado interno y esto es precisamente lo que el año pasado constituyó la prueba del ácido del modelo 2003.” Luego pareció dar un espaldarazo al proyecto de la CGT para compartir las ganancias empresariales cuando dijo que “todos tienen que saber que para que esto sea sustentable social, política e institucionalmente tenemos que tener un fuerte mercado interno, con trabajadores con buenos salarios y que participen de la generación de la riqueza”, sentenció. Luego, casi rompiendo en llanto, Fernández de Kirchner afirmó sin nombrar a su esposo que estaba “un poco menos triste porque allí debe estar caminando entre ustedes. Gracias por esta Argentina que él ayudó a construir y por la que consumió su vida”, cerró con la voz cortada su discurso.
Antes, el gobernador cordobés, Juan Schiaretti, había iniciado su intervención saludando y extendiendo a la Presidenta “el cariño y nuestra de solidaridad por el momento de mayor dolor que está pasando”. La miró y le dijo que quería “ayudar para que todo salga bien”. La relación de los Kirchner con Schiaretti nunca fue demasiado fluida y menos luego del conflicto con el campo. Por ello, el discurso del ex interventor de Santiago del Estero durante el menemismo y la presencia de De la Sota fueron interpretados como un apoyo al modelo que propone el kirchnerismo.
También el presidente de Renault fue explícito a la hora de avalar el modelo. Maciet destacó la inversión realizada para la modernización de la planta, destacó la incorporación de más de trescientos operadores y anticipó que “la meta es que Argentina sea uno de los grandes productores de vehículos en el mundo”, antes de fundamentar sus palabras en el “fulgurante crecimiento del mercado nacional”. Cosechó la atención y los aplausos de CFK.
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