Jueves, 11 de noviembre de 2010 | Hoy
EL PAíS › LA PUJA INTERNA EN EL RADICALISMO
Por Sebastian Abrevaya
No sólo el Peronismo Federal transparentó ayer sus pujas internas. En medio de una dura pelea, el sector del radicalismo que conduce el diputado Ricardo Alfonsín consiguió por un voto que a partir de diciembre el nuevo jefe del bloque de diputados sea Ricardo Gil Lavedra, quien reemplazará así al cordobés Oscar Aguad, hasta ahora alineado con el vicepresidente Julio Cobos. En un verdadero cambio de mando, los alfonsinistas reemplazarían también a la secretaria general Silvana Giúdici por Juan Pedro Tunessi y al secretario parlamentario Rubén Lanceta por el entrerriano Gustavo Cusinato. Sin embargo, aclaraban, la mesa de conducción todavía no estaba definida.
Después de varias semanas de negociaciones y discusiones internas, el espacio liderado por Alfonsín logró imponer su interpretación respecto del acuerdo alcanzado el año pasado. Al producirse el recambio parlamentario de 2009, Aguad y Alfonsín estuvieron al borde de fracturar el bloque de 43 diputados, el primero en importancia luego del Frente para la Victoria. Finalmente, consensuaron alternar la conducción, un año cada uno. De la misma manera habían conversado acerca de alternar el resto de los cargos de la mesa. La candidatura presidencial de Alfonsín alteró los planes originales. El hijo del ex presidente prefirió dedicarse de lleno a la campaña electoral y evitar el compromiso y el desgaste que implica la conducción del bloque. En ese contexto, surgió la figura de Gil Lavedra como reemplazante, lo cual fue rechazado de plano por Aguad. El dirigente cordobés argumentaba que el acuerdo era un enroque entre nombres y no entre los dos sectores. “Gil Lavedra es un mono con navaja, ahora el bloque lo va a conducir Carrió”, chicaneaban los operadores parlamentarios del cobismo.
Aguad quería continuar en el cargo para aprovechar la exposición mediática del bloque a favor de su campaña para la gobernación de Córdoba. Allí, justamente, es donde los radicales situaban la clave de la pelea: en la provincia de Córdoba.
Hasta la semana pasada, la diputada Gladys Spíndola acompañaba al sector de Alfonsín, producto de la desatención que recibió del candidato a la gobernación de su provincia durante los ocho meses que lleva en el cargo. Para revertir esta situación, Aguad se reunió con su jefe político, el veterano cacique radical Eduardo Angeloz, y alcanzó un acuerdo a nivel provincial para que vuelva Spíndola al redil.
Sin embargo, otra cordobesa, la diputada Silvia Storni, contada como propia en las listas que manejaba el cobismo, terminó por inclinar la balanza a favor del alfonsinismo. La sorpresa fue mayor porque Storni responde políticamente al histórico dirigente, Carlos Becerra, muy cercano a Enrique “Coti” Nosiglia. El sector que responde a Becerra en Córdoba planea pelearle la candidatura a gobernador con el lanzamiento, en los próximos días, del legislador provincial Dante Rossi.
Durante la tarde se produjo una cumbre en el despacho de Aguad, mientras en el recinto de Diputados se discutía el Presupuesto. Del lado del cobismo asistieron el bonaerense Norberto Erro y los cordobeses Hipólito Faustinelli y Luis Molinari Romero. Del alfonsinismo, el entrerriano Gustavo Cusinato, el bonaerense Juan Pedro Tunessi y el porteño Guillermo Hoertz. Allí, Aguad aceptó que el alfonsinismo tenía 22 diputados contra 21 de su sector, pero se garantizó mantener su lugar en el Consejo de la Magistratura y la vicepresidencia de la Cámara. El cobista Daniel Katz quedaría como vicepresidente primero y Giudici como secretaria de coordinación. Como en toda negociación, el acuerdo dejó heridos en el camino que resistían en la lucha por los cargos de la mesa de conducción.
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