EL PAíS › UN AUDIOVISUAL CON LOS POEMAS DEL DESAPARECIDO ALEJANDRO MARTIN ALMEIDA
Alfredo Alcón, Joan Manuel Serrat, Raúl Rizzo e Ismael Serrano, entre otros, recitan las poesías que la madre de Alejandro, Taty Almeida, encontró y guardó luego de la desaparición de su hijo. El CD se presentará mañana.
Che patrón,
no trates de conformar
al peón
con un vino o un sifón.
Che patrón,
este obrero tiene hijos
que no comen como vos.
¡Ah! Patrón,
respetá a la clase obrera,
no pienses que ahí está
para hacerle lo que quieras.
Arturo Bonín gesticula, se compenetra, mira al patrón donde está el micrófono y recita con voz ronca.
Oye obrera, oye obrero
deténgalos de chiquitos
que ya cuando grandecitos
se parecen a los perreros.
La imagen del actor deja lugar al dibujo de un obrero sonriente mientras estampa una patada ahí donde muere la espalda del patrón, que levanta vuelo. El texto lo escribió Alejandro Martín Almeida, militante del Ejército Revolucionario del Pueblo, desaparecido a los veinte años, el 17 de junio de 1975. Taty Almeida no conoció la veta artística de su hijo hasta un día después del secuestro, cuando encontró su agenda telefónica y, en las últimas páginas, 24 poesías manuscritas, incluida la despedida a su mamá, con cinco meses de anticipación. En 2008 se editaron en formato de libro, mechadas con textos de familiares, amigos y compañeros de lucha. La novedad de estos días, homenaje al militante y mimo a la dirigente de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora, es un audiovisual dirigido por Pascual Guido Spinelli (Colectivo Cultural Entreletras) en el que actores, escritores y músicos recitan los poemas. Se presentará mañana a las 19 en la Sala de Representantes de la Manzana de las Luces, Perú 272.
Veinte años le alcanzaron a Alejandro Almeida para escribir sobre el amor, la muerte, la amistad, el compromiso militante, la represión, los hombres grises, los masacrados en Trelew y hasta el samba de las favelas de Río de Janeiro. Recitaba los sábados por la mañana al pie de la cama del cuarto de la pensión que compartían Ernesto “el Boliviano” y Pedro “el Brasileño”, que luego haría macumbas sin suerte para que su amigo reapareciera. Si la sola lectura de los textos reunidos en Alejandro por siempre... amor dejaban al descubierto la combinación de sensibilidad y compromiso del poeta-militante, las voces de Alfredo Alcón, Joan Manuel Serrat, Raúl Rizzo o Ismael Serrano acompañadas de música e ilustraciones cuidadas, acordes a cada poema, las elevan a un nivel de excelencia.
“La idea original surgió tras la presentación del libro. Fuimos a tomar algo y Nora Anchart propuso hacer un CD en el que gente amiga lea y grabe las 24 poesías de Alejo”, explica Taty Almeida. “Entonces empecé a llamar a gente querida, porque pueden ser muy importantes pero si no los quiero... si no es recíproco no me sirve –confiesa–. Y la respuesta fue conmovedora: llamé a 24 personas amigas y apenas les decía el motivo, inmediatamente (respondían con) un ‘por supuesto’ Taty’”.
De caminar un verano por las favelas de Río e intimar con sus habitantes, concluyó Alejandro que “el samba es un llanto más/ de esa gente que no come./ Los ricos quieren robarlo/ pero no pueden./ El samba queda en la favela/ y los negros mueren”, recita Alfredo Alcón mientras se suceden fotos de negros sonrientes con tambores, y Toquinho y Chico Buarque cantan “Samba para Vinicius”.
A cuarenta años de asistir al primer recital de Joan Manuel Serrat en la Argentina, siempre con su credencial de Télam, donde oficiaba de cadete, el propio catalán lee la conmovedora despedida de Alejandro a Taty:
“Si la muerte
me sorprende
lejos de tu vientre,
porque para vos
los tres seguimos en él,
si me sorprende
lejos de tus caricias
que tanto me hacen falta,
si la muerte
me abrazara fuerte
como recompensa
por haber querido
la libertad,
y tus abrazos entonces
sólo envuelven recuerdos,
llantos y consejos
que no quise seguir,
quisiera decirte mamá
que parte de lo que fui
lo vas a encontrar
en mis compañeros.
La cita de control,
la última,
se la llevaron ellos,
los caídos, nuestros caídos,
mi control, nuestro control
está en el cielo,
y nos está esperando.
Si la muerte me sorprende
de esta forma tan amarga,
pero honesta,
si no me da tiempo
a un último grito
desesperado y sincero,
dejaré el aliento
el último aliento,
para decir te quiero.
Luego la sonrisa gigante de Taty Almeida, orgullosa del hijo que la llamaba “gorilita de mierda” pero con 35 años de lucha encima (30 junto a las Madres), y el graffiti que es marca registrada de los Hijos en cada juicio por los miles de Alejandros: “Lo imposible sólo tarda un poco más”.
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