De espaldas al imponente mural del pintor mexicano David Alfaro Siqueiros, restaurado por su gestión y que ayer fue expuesto por primera vez al público, la presidenta Cristina Fernández inauguró el Museo del Bicentenario, emplazado tras la Casa Rosada. “Porque tenemos historia es que podemos construir futuro”, aseguró la mandataria ante un millar de invitados que colmaban el salón, donde se mezclaban viejas paredes coloniales con un moderno suelo de vidrio coloreado con luces. “Este lugar estaba cubierto de agua y abandonado –destacó–. Pudimos recuperarlo y era un símbolo muy fuerte de la Argentina que hemos recuperado, lo que hubiera sido muy difícil hacerlo sin el acompañamiento de millones de argentinos.”

Con la presencia de los flamantes candidatos porteños del kirchnerismo, Daniel Filmus, Carlos Tomada (jefe de Gobierno y vice) y Juan Cabandié (primer legislador), Cristina remarcó: “Estamos parados en este lugar que es la fundación de la Ciudad, y entre aquí y el Cabildo, enfrente, sucedieron las cosas más importantes y definitivas de nuestra historia”, en una especie de guiño a los paladines que designó para la gesta porteña, siempre complicada.

El Museo del Bicentenario, ubicado en lo que fue la vieja Aduana Taylor y las ruinas del primer Fuerte de Buenos Aires, detrás de la Casa de Gobierno, sobre Paseo Colón, consta de cinco mil metros cuadrados de galerías que alojan obras de arte y objetos históricos relacionados con los (por ahora) 201 años del país. La principal atracción es el mural Ejército Plástico, pintado por el mexicano Siqueiros en 1933 en el sótano de una quinta del periodista Natalio Botana y que recién ahora, tras casi ochenta años, será exhibido por primera vez al público (la inauguración oficial, con la visita del presidente de México Felipe Calderón, fue el 14 abril, pero todavía no se autorizaba la asistencia al público por no estar terminadas las obras del museo).

Además, puede apreciarse un cuadro del artista francoargentino Numa Ayrinhac, que retrata a Juan Domingo y Eva Perón, y una variedad de memorabilia política, entre ellas el sillón presidencial de Santiago Derqui, símbolo del gobierno federalista que negoció la incorporación de Buenos Aires a la incipiente Nación. A ese episodio hizo referencia Cristina cuando destacó que “el mejor homenaje que podemos hacerle a la historia es unificar esta Argentina en un proyecto que siga transformando la vida de todos los ciudadanos” y manifestó su deseo de que el museo sea “el símbolo de unidad y del poder popular y democrático expresado por el pueblo”, ya que “no le pertenece a ningún partido, sino que es patrimonio de todos los argentinos.”

A su alrededor la miraban los historiadoresa Pacho O’Donnell y Norberto Galasso y la viuda del artista Ricardo Carpani, Doris. Entre el público se encontraba el pleno del gabinete (con la excepción de aquellos funcionarios que viajaron junto al ministro de Relaciones Exteriores, Héctor Timerman, en la misión comercial a Rusia); el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Daniel Scioli; el titular de la Corte Suprema de Justicia, Ricardo Lorenze-tti, además de una nutrida comitiva de personalidades del arte, la cultura y la política.

Luego del acto, el jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, refrendó su compromiso con la Presidenta, más allá de la decisión que tome sobre su candidatura (“Yo lo que garantizo es que estoy al lado de Cristina, no sé si en el próximo gobierno o en otro, pero sí sé que voy a estar al lado de ella”, aseguró), aunque se mostró confiado de que finalmente será candidata: “Esas cosas se deciden en su corazoncito y se sabrá en el momento oportuno”, dijo. Por otra parte, dejó abierta la posibilidad de que el candidato a vicepresidente sea un aliado extrapartidario, citando a Perón, que fue acompañado por el radical Quijano. “Seguimos creyendo que hay que abrir los brazos porque con el peronismo solo no alcanza”, advirtió. “Que no sea traidor como Cobos” es la única condición, agregó. Un rato antes, en declaraciones radiales, había sorprendido al asegurar que “dentro de 15 años habrá presidentes de 40” al defender la presencia de La Cámpora en las listas electorales.