Juan Manuel Santos y Cristina Kirchner flanquean al goleador de Racing, el colombiano Teo Gutiérrez.
Imagen: Télam.

“Relanzamiento” y “descongelamiento” fueron los términos que utilizaron alternativamente Cristina Kirchner y Juan Manuel Santos para definir el significado de la visita de ayer en la relación bilateral, la primera de un presidente colombiano en más de diez años. En ese deshielo mucho jugaron las gestiones que en su momento hizo Néstor Kirchner en la Unasur para normalizar el vínculo de Colombia con sus vecinos y el llamativo giro que Santos le dio a la política exterior de su país, que pasó de tener la vista clavada en el Norte a mirar lo que pasaba a su alrededor. Como lo había hecho en la última reunión del bloque, el presidente colombiano insistió en la necesidad de que Sudamérica diagrame una estrategia común para afrontar la nueva crisis económica mundial. Cristina Kirchner coincidió y vio en la encrucijada también una oportunidad “para la construcción de nuevos paradigmas y que la región puede conformar un mercado regional muy importante”.

Santos marcó que, por diversos motivos, era la quinta visita que realizaba al país desde que resultó electo el año pasado, pero que era la primera que hacía de manera oficial. “Es un descongelamiento de nuestra relación”, definió. “No es una visita más, es una visita muy particular”, aportó Cristina Kirchner.

Los presidentes mantuvieron un encuentro a solas en la Casa Rosada en el que, según contaron luego, hablaron bastante de la crisis mundial y también de las posibilidades de incrementar el comercio bilateral en los diferentes rubros. Santos venía de mantener un encuentro con empresarios y con el rey de la soja, el productor Gustavo Grobocopatel. Los ministros y los presidentes firmaron ocho convenios. Luego hicieron una breve declaración ante la prensa y de allí descendieron al subsuelo de la Casa de Gobierno, donde se encuentra el Museo del Bicentenario. La Presidenta prefirió ese lugar más a mano para realizar los tradicionales almuerzos de agasajo a los visitantes que en el Palacio San Martín, la sede de la Cancillería. Antes de que llegara el primer plato –timbal de salmón– fue el turno de los discursos y los brindis.

La Presidenta hizo con Santos la recorrida habitual para los visitantes que incluye mostrarle uno de los trajes de gala de Evita conservado en una vitrina y pasar al sitio donde está instalado el mural de Siqueiros. Allí, los ministros que los acompañaban los pusieron al tanto de la nueva caída de las Bolsas que se registraba en todo el mundo. “Esto viene a confirmar la imperiosa y urgente necesidad de desarrollar instrumentos y medidas que sean comunes a toda la región para evitar una competencia que, además de inútil, sería francamente suicida si se hiciera pensando que un país puede beneficiarse a costa de que otro país hermano se perjudique”, sostuvo Cristina Kirchner.

Los presidentes pusieron de relevancia los acuerdos que vienen alcanzando los ministros de Economía que se reunieron como consecuencia de lo conversado en la Cumbre de la Unasur de Lima. Buscan medidas que permitan blindar la región de los cimbronazos de lo que ayer alternativamente denominaron “huracán”, “vendaval” o “tempestad”.

Santos destacó la presencia de Argentina, la de México y la de Brasil en el G-20, donde se discuten las medidas económicas para paliar la crisis. “Es importante que hablen allí con una sola voz”, llevando al foro que nuclea a las naciones más poderosas “la vocería de toda América latina, para que sean más relevantes y efectivos en cualquier medida que en esa instancia se pueda tomar.”

Cristina Kirchner destacó a su turno que, a partir de la llegada de Santos a la presidencia, Colombia había pasado a apoyar “nuestra causa nacional”, en referencia al reclamo ante el Reino Unido para que acate las resoluciones de las Naciones Unidas por las Islas Malvinas.

Los presidentes mostraron una muy buena relación en público. CFK lo destacó. “Las relaciones personales muchas veces ayudan a destrabar conflictos que parecían insolubles”, comentó. La figura de Néstor Kirchner sobrevoló los mensajes. Santos recordó sus gestiones como secretario general de la Unasur que le permitieron a su país reanudar las relaciones rotas con la Venezuela de Hugo Chávez. Santos había sido ministro de Defensa de Alvaro Uribe, un antecedente que no le daba confianza a Kirchner. Pero fue conocerse para que ambos comenzaran a entrar en confianza y llegaran a armar un nuevo vínculo entre los países, cristalizado en la visita de ayer.

Quiso la casualidad –“un pedido que vino del cielo”, dijo Santos– que justo Kirchner fuera fanático de Racing y el colombiano Teo Gutiérrez, el nuevo ídolo de la Academia. “Ha contribuido al frente interno familiar: quiero agradecerle al presidente de Colombia por Teófilo Gutiérrez y sus dos goles de ayer porque mi hijo Máximo anoche estaba exultante por el 3 a 0 de Racing”, bromeó la Presidenta. Unos minutos después, Teo en persona apareció en la Casa Rosada para posar con los presidentes que propusieron darle doble nacionalidad y que hiciera siempre dos goles, así era uno para cada país. El artillero, muy solicitado para las fotos, se quedó al almuerzo.

Fue el primer encuentro en la Casa Rosada luego de las primarias, las mesas estuvieron concurridas. Desde Daniel Scioli y Martín Sabbatella hasta el “Barba” Gutiérrez y el “Japonés” García, hubo varios candidatos comentando sus performances del domingo. El ministro Amado Boudou se ubicó en la cabecera de la mesa principal, casi como un vicepresidente. Luego de la cheese cake, el jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, ya comentaba escandalizado las declaraciones del presidente de la Rural, Hugo Biolcati.