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as históricas elecciones primarias del 14 de agosto pasado han dejado múltiples lecturas. Sin duda, una de la más destacables es el alto porcentaje de argentinos y argentinas que se volcaron a las urnas. Esto revela un grado de madurez de la sociedad, dispuesta a ampliar y mejorar la calidad de nuestra democracia.

La verdadera reforma política que implica, y por la que la presidenta Cristina Fernández de Kirchner luchó incansablemente, es un paso más hacia adelante en la calidad institucional. Hoy, gracias a la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual y a la Ley de Reforma Política, todos los partidos políticos han podido acceder por primera vez, desde 1983, a los medios masivos de comunicación para difundir sus propuestas y sus ideas.

Llevar a cabo una iniciativa de esta magnitud fue posible porque la Argentina ha encarado un camino sin retorno hacia la igualdad. Una igualdad no meramente discursiva. Una igualdad palpable en cada una de las medidas que el gobierno nacional adopta. Porque este gobierno ha hecho de la gestión y de las realizaciones concretas un ADN que le es propio.

Una vez más los hombres y mujeres han confiado en este proyecto político que, sosteniendo sus convicciones y dando respuesta a la demanda de la sociedad, pudo transformar el país. El resultado electoral del domingo pasado es un reconocimiento al esfuerzo y a lo que hicimos en estos ocho años. Y es, por sobre todo, un apoyo para encarar juntos los desafíos que vienen, lo que falta hacer.

Pero no se trata de un cheque en blanco. Nosotros lo sabemos. Por eso trabajamos todos los días, con el diálogo como uno de los ejes fundamentales. No salimos ahora a ver qué nos estaba diciendo la gente. Lo hemos hecho desde siempre.

Nuestro proyecto tiene un fuerte apoyo porque un enorme porcentaje del electorado se siente representado y reflejado en sus iniciativas. Es así por realidades visibles y contundentes desde lo económico, lo social y, por supuesto, lo político, que van concretando sueños y esperanzas de las mayorías. El proyecto que lidera Cristina ha echado por tierra aquello de que había cosas imposibles de cambiar. Propuso, trabajo y logró crecimiento. Propuso ampliar la defensa de los derechos humanos y logró avanzar hacia la igualdad. Propuso un presente distinto y logró futuro para todos.

Hoy todos somos protagonistas de uno de los procesos más transformadores que vivió la Argentina. Todos estamos convocados a participar: por la calidad y la defensa del empleo y la educación pública, por la protección social, por la producción y la innovación tecnológica, por las obras de infraestructura que están cambiando la vida cotidiana de los argentinos. Y por eso hay que trabajar cada vez más, comprometerse cada vez más.

Estoy convencido de que, con este compromiso militante, estamos avanzando todos juntos hacia una Argentina más justa, más libre, más soberana, más solidaria. Como siempre la soñamos.

* Ministro de Trabajo de la Nación.