EL PAíS › ROBERTO FELETTI, CANDIDATO A DIPUTADO POR EL FRENTE PARA LA VICTORIA
› Por Nicolás Lantos
La sala está casi pelada: sólo una foto de Cristina Fernández de Kirchner (a color), otra de Juan Domingo Perón (en blanco y negro), cada una sobre un mueble distinto a cada lado de la enorme mesa redonda de madera, donde el viceministro de Economía, Roberto Feletti, con la camisa arremangada por encima de los codos, toma un té. Luego de haber protagonizado una polémica el año pasado al pregonar la necesidad de “más populismo”, este militante peronista “desde siempre” que ahora encabeza la boleta de candidatos a diputados del Frente para la Victoria (FpV) en la ciudad de Buenos Aires recibe a Página/12.
–Esta es la primera elección en la que se presenta como candidato a un cargo. Cuando eligió tomar este desafío, ¿creía que llegaría a la semana previa con un escenario tan calmo?
–Primero, yo creo que hay que tomar lo que dijo la Presidenta: tenemos que trabajar con humildad y llegar al 23 de octubre mostrando la gestión. Cuando reunió a los principales candidatos de aquellos distritos en los que el FpV no es oficialismo, planteó que hiciéramos campaña con las políticas públicas del gobierno nacional, porque ésta es una elección nacional y esos distritos se beneficiaron enormemente con las políticas nacionales. Ahora, la expectativa es optimista porque en primer lugar hemos consolidado al FpV en la Ciudad este año, que tuvo su mejor performance en la Ciudad tanto en la candidatura para jefe de Gobierno como en las primarias, y ese piso está consolidado. El objetivo sería igualarlo o mejorarlo, pero de todas formas pensemos que en 2009 metimos un solo diputado y ahora tenemos cuatro diputados en firme y un quinto en juego.
–¿Se vive distinta la campaña cuando se es candidato que participando desde otro lado?
–Contra todo lo que dicen, inclusive mi propio equipo, yo lo estoy disfrutando bastante. Veo mucho acompañamiento de la gente, de los militantes. Además, me instala otra responsabilidad: de alguna forma es poner en debate las políticas públicas de las que uno es gestor. Uno sale a la calle y los comerciantes te preguntan: “¿Esto sigue, no?”. El mostrador está caliente, a la gente le está yendo bien y no van a querer menos que eso. Eso te pone en un lugar de responsabilidad.
–Y esto sigue, ¿no?
–Sí, la visión que hay hoy es ésa: vamos a continuar con políticas de consumo, de expansión de venta, de infraestructura...
–Porque muchos aprovechan el contexto internacional para promover una política económica más ortodoxa, más “bilardista”...
–Este gobierno siempre fue “menottista”: en el momento más difícil de estos ocho años, que fue a mediados del 2009, cuando la crisis internacional pegaba duro, la sequía había podado un tercio de la cosecha, había un escenario electoral complejo, el Gobierno fue para el frente. Es que nadie gana tratando de ser lo que no es: en ese momento el Gobierno avanzó con la AUH, con el uso de reservas para hacer frente al pago de la deuda, con una expansión fiscal y monetaria fuerte, avanzó con la ley de medios, Fútbol para Todos, el matrimonio igualitario. Un shock de políticas económicas y sociales que le permitieron superar la crisis y eso la gente lo valoró. La experiencia del período 1983/2003 es que la gente se decepcionó de la política porque no importaba dónde pusiera el voto ganaba el partido del ajuste. Bueno, eso cambió.
–De las políticas que mencionó, las “sociales” salieron por vía parlamentaria, mientras que las “económicas” no pudieron y fueron ejecutadas por decreto. ¿El escenario ahora va a ser distinto?
–El Gobierno primero avanza, porque hay una necesidad y una urgencia de reparación, y después consagra el derecho, y eso se logra por vía parlamentaria. Fue lo que pasó con el sistema previsional: primero se avanzó en la recomposición y después envió una ley de movilidad que institucionaliza el mecanismo.
–Usted compartió su gestión con Amado Boudou, que ahora saltará a la vicepresidencia. ¿Cómo lo ve en ese rol?
–Nos tocó llegar al ministerio en 2009, en un marco muy complicado, y salir de eso exitosamente. En todo este período tuvimos batallas muy importantes: la pelea por el uso de las reservas frente a los vencimientos, que nos permitió desendeudarnos y crecer sin entrar en default ni ajustar; la segunda fue la batalla del canje, que lo lanzamos en el momento en que estallaba la crisis griega, nos pronosticaron un desastre, pero salió bien; y la tercera fue gestionar todo el 2011 sin Presupuesto, que requiere un pulido de decisiones administrativas muy consensuado. Por haber trabajado con él, creo que Amado va a ser un vicepresidente singular.
–La primera vez que voté fue el 31 de octubre del ‘83, y voté a Luder. En esa época yo militaba en el peronismo y no tenía la percepción de que habíamos perdido la elección después de que Herminio quemó el cajón, por lo que haber perdido fue una sorpresa: fue una noche triste.
– Uff... sí. Del primer voto a Menem me arrepentí, y del voto a la Alianza del ’99 me arrepentí mucho, de los dos.
–No, yo considero que eso es no hacerse cargo de la realidad.
–No, siempre voté boleta completa.
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