El juez de la Corte Suprema Raúl Zaffaroni propuso cambiar el eje de la polémica por el anillo de 250 mil dólares que adquirió el juez federal Norberto Oyarbide. “No es una cuestión del anillo” en sí, dijo, sino que el problema se produce cuando “un funcionario hace gastos que son desproporcionados con su evolución patrimonial”. Eso, advirtió, es lo que “preocupa públicamente”. Oyarbide fue denunciado ayer ante una fiscalía federal de Tucumán por la supuesta compra de esa joya. La presentación la hizo Oscar López, ex agregado cultural en la embajada argentina en Alemania bajo el primer gobierno menemista. Pidió que se lo investigue por “cohecho agravado, exacción agravada por el destino de lo recibido, enriquecimiento ilícito y violación de los deberes de funcionario público”.

Zaffaroni le puso un toque de ironía a la cuestión, pero no dejó de señalar los aspectos que le parecen inquietantes. “Da la impresión de que todo se reduce a que (Oyarbide) se compró un anillo... eso es farandulizar la noticia”, dijo el magistrado. “Yo no uso anillo, no me gustan las alhajas, no sé si hay anillos que valen 250 mil dólares (...) Se dijo que tiene destellos que se ven desde la puerta (...) si es así parece que es un anillo de esos de pila que venden en San Telmo.” “Me parece una tontería la forma en que se planteó la cosa”, afirmó en alusión a la cobertura de algunos medios. “Si (Oyarbide) quiere comprarse un anillo o quiere comprarse una colección de filatelia, es su problema”, pero “lo que en el fondo preocupa públicamente o puede preocupar es si hace inversiones en lo que sea y están desproporcionadas con su capacidad patrimonial”.

López, el denunciante de Oyarbide, dijo que accionaba penalmente como ciudadano en reclamo de que se investigue el patrimonio de Oyarbide. Aunque hizo la presentación en Tucumán, planteó que sea girada a Capital Federal. Por lo pronto, pidió ante el fiscal Carlos Brito que se establezca si el magistrado presentó sus declaraciones juradas de bienes y si en ellas están incluidos los “presuntos regalos” recibidos en los últimos cinco años, con los que, según una versión periodística, habría alegado haber obtenido por canje el anillo de brillantes.