El peronismo bonaerense, la estructura política territorial más importante del país, comienza a reacomodar sus piezas luego de la renuncia de Hugo Moyano, que había ocupado la presidencia interina hasta diciembre del año pasado, y con vistas a la renovación de cargos partidarios que se concretará antes de fin de año. Según trascendió durante el fin de semana, el Consejo Justicialista de la provincia se reuniría en marzo para aceptar la renuncia del titular de la CGT y formalizar el nombramiento, en su reemplazo, de Cristina Alvarez Rodríguez, ministra de Gobierno de Daniel Scioli, que será, así, la primera mujer en llegar a la conducción de ese órgano partidario. A partir de allí, comenzarán las internas, ya que lo que suceda en el corazón del PJ provincial tendrá influencia directa en la designación de nuevas autoridades en el PJ nacional (prevista para mitad de año) y, pensando en el largo plazo, en la sucesión de 2015.

“No hay una fecha todavía, pero en algún momento de marzo lo vamos a hacer, es necesario aprobarle la renuncia a Moyano. Hay que cerrar ese capítulo”, confió un consejero, consultado por Página/12. Esta semana habrá reuniones entre los diferentes sectores que componen el Consejo para avanzar en un acuerdo y para el fin de semana próximo podría haber ya una convocatoria oficial: sería durante la primera quincena de marzo. “No hay mucho margen –agrega otro consejero–: hay que hacerlo sí o sí, y cuanto antes se resuelva, antes podrá cada uno ponerse a trabajar en sus propios asuntos.”

Es que en el variopinto conjunto de consejeros aparecen nombres de intendentes de dilatada trayectoria e innegable peso territorial, ministros de primera línea del gabinete nacional y figuras preponderantes en el Congreso, representantes del sindicalismo y de los movimientos sociales, entre otros dirigentes. A ellos es necesario agregar la presencia de actores que hoy en día ocupan un espacio cada vez más importante en la política provincial aunque no ocupan un asiento, como el vicegobernador Gabriel Mariotto, el vicepresidente Amado Boudou, además de referentes de las agrupaciones La Cámpora y Kolina, que buscan representar el “kirchnerismo puro” en un escenario donde cada cual suele atender su propio juego.

El propio gobernador, Daniel Scioli, tiene los ojos puestos en lo que suceda en esa reunión. Aunque, tras la muerte de Néstor Kirchner, encabeza virtualmente el PJ nacional, en su equipo evalúan replegarse en el partido provincial para fortalecerse de cara a una eventual candidatura presidencial en 2015. “Es el único gobernador peronista que no encabeza el aparato en el distrito que dirige”, explican en su entorno. Además, mencionan, más allá de los títulos, la conducción nacional está y estará en manos de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner.

“Hay incertidumbre porque no hay una línea clara de CFK –analiza otro miembro del Consejo–. Se está viviendo una especie de libre albedrío. Muchos hacen interpretaciones sobre qué quiere la Presidenta pero la verdad es que ella no ha dado señales.” Por ahora, Alvarez Rodríguez (“la Cristina rubia”) mantiene reuniones con “todos los sectores” tratando de armar un sistema de alianzas que le permita no solo manejar un espacio complicado de por sí, sino también romper con la inercia y darle al partido la proactividad de la que carece desde que Alberto Balestrini dejó la conducción por problemas de salud.

En el horizonte, la renovación de los cargos partidarios, que debería encararse antes de fin de año, aparece como una batalla estratégica. Los viejos caciques ven con temor el avance de sectores nuevos, y hay muchos nombres anotados para la sucesión de Scioli, que no podrá volver a ser reelecto en 2015. Una de las opciones que se manejan es la de hacer elecciones internas, pero “hay que tener cuidado porque si la sociedad te da la espalda quedás como un boludo”. Caso contrario, la distribución de los asientos en el nuevo Consejo se asignará a puertas cerradas. “Eso, hoy por hoy –aseguran desde adentro–, significa que la decisión va a bajar de la Casa Rosada.”