Jue 23.02.2012

EL PAíS  › EL SECRETARIO DE TRANSPORTE DIJO QUE SE INICIARA UNA “PROFUNDA INVESTIGACION” PARA DETERMINAR LAS CAUSAS DEL ACCIDENTE

“No sabemos qué pasó en los últimos 40 metros”

Juan Pablo Schiavi dio una escueta declaración en la que explicó que la formación siniestrada venía frenando normalmente y en el último tramo dejó de hacerlo. Prometió que en poco tiempo se determinarán las razones y responsabilidades del desastre.

“No sabemos qué pasó en los últimos 40 metros, no sabemos por qué no paró el tren”, se lamentó el secretario de Transporte, Juan Pablo Schiavi. El funcionario informó que llevará a cabo una “profunda investigación técnica y administrativa” sobre el accidente ocurrido ayer en la estación terminal de Once para determinar “en poco tiempo” las causas y los responsables del desastre. Entre los instrumentos que ya están a disposición de la Justicia figuran la velocidad del tren en el último tramo del recorrido, el registro de voces de la cabina del conductor, la cámara fija en el tren y las que existen en los andenes, así como los registros de chequeo y análisis de la formación. Según precisó el funcionario, la formación ingresó al andén con una “velocidad habitual” e impactó contra los paragolpes a 20 kilómetros por hora. Durante la breve conferencia de prensa que ofreció ayer por la tarde en el Ministerio de Economía, Schiavi sostuvo que el conductor de 28 años “posee una foja de servicios buenísima”, destacó los elevados niveles de inversión realizados por el Estado en el sector ferroviario a lo largo de los últimos años y no mencionó a la empresa concesionaria TBA del grupo Cirigliano.

Desde el año pasado, luego del choque entre una locomotora de Ferrobaires y un tren de la línea San Martín a la altura de San Miguel, todas las formaciones que circulan por el área metropolitana llevan un GPS que informa cada 10 segundos la velocidad de los trenes. Según precisó el secretario de Transporte, la formación que se estrelló ayer frenó sin inconvenientes en las 14 estaciones que hay desde Moreno hasta Caballito e ingresó al andén de Once a la “velocidad habitual”.

Un kilómetro antes de llegar a la terminal la formación bajó su velocidad desde 47 a 39 kilómetros por hora. A 300 metros de los paragolpes donde finalmente impactó llevaba una velocidad de 27 km/h y entró a la punta del andén a 26 km/h. Faltando 40 metros para terminar el recorrido el convoy llevaba una velocidad de 20 km/h. “El tren venía frenando, eran velocidades habituales que llevan los trenes en esa parte del recorrido. Nosotros no sabemos qué ocurrió en los últimos 40 metros”, explicó Schiavi.

El servicio de ferrocarril que opera la concesionaria Trenes de Buenos Aires (TBA) entre Once y Moreno tiene 320 frecuencias diarias, 160 en cada dirección. La capacidad de las formaciones, según estimó Schiavi, asciende hasta los 2500 pasajeros, aunque ayer viajaban entre 1200 y 1500 personas. El titular de Transporte aseguró que, aunque el tren no viajaba completamente lleno, los dos primeros vagones se encontraban “abarrotados de gente”. La formación partió de Moreno y en Castelar cambió el conductor.

En la breve conferencia de prensa que duró menos de 15 minutos y donde no respondió preguntas, el funcionario precisó cómo fue el recorrido del tren y aseguró que el maquinista, un joven de 28 años que sobrevivió al accidente y ayer se encontraba en terapia intensiva, posee “una foja de servicios buenísima y hace poco que está en la actividad”. Además, el titular de la cartera de Transporte aseveró que el conductor se encontraba “descansado porque acababa de empezar su servicio”. El maquinista se había hecho cargo de la formación en la estación de Castelar.

“Este es un Estado presente, estamos haciendo una investigación técnica y administrativa muy profunda sobre todas las cosas que pudieran ocurrir para ver dos parámetros: el accidente y la responsabilidad. Tenemos mucho material, no es un accidente ocurrido en cualquier lugar que nadie sabe qué pasó. Tenemos datos objetivos que nos van a permitir conocer la verdad en poco tiempo”, sostuvo Schiavi. Y enumeró: el registro de voces de la cabina, donde el conductor conversa con el encargado de la línea, las cámaras fijas del tren y todos los registros de chequeo y análisis de la formación. Sobre este último punto, Schiavi retomó las declaraciones del delegado gremial Rubén Sobrero, quien aseveró que los frenos del tren siniestrado habían sido chequeados el día anterior. Toda la información disponible está a disposición del juez Claudio Bonadío y del fiscal federal Federico Delgado. El funcionario comunicó que la Comisión Nacional de Regulación del Transporte (CNRT) funcionará como auxiliar de la Justicia.

“Queremos ver si verdaderamente fue un accidente y vamos a buscar a los responsables”, remató el funcionario. Schiavi no presentó ninguna hipótesis sobre el accidente y estuvo reunido durante toda la tarde en sus oficinas del piso 12 del Palacio de Hacienda. El funcionario no mencionó en ningún momento de su intervención a TBA, la empresa concesionaria del servicio. La firma del grupo Cirigliano se hizo cargo del recorrido de la línea Sarmiento en 1994.

“Queremos enviar nuestras condolencias a las familias de las víctimas”, dijo Schiavi al inicio de su conferencia de prensa. El funcionario, que también estuvo por la mañana en la estación de Once, agradeció el trabajo de todo el personal que se presentó en el lugar del accidente, fundamentalmente los bomberos. En su exposición recordó un conjunto de accidentes ferroviarios recientes en España, Alemania, Ucrania, Italia y Estados Unidos, entre otros países.

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