[cerrar]

Comparta esta nota con un amigo

E-Mail de su amigo
Su nombre
Su E-Mail

Aceptó todo con una sonrisa de oreja a oreja. Saboreó empanadas, tamales, un guiso picante de lentejas, bebió chicha y hasta se animó a participar de una danza andina. Elisa Carrió se reunió ayer con delegaciones de comunidades autóctonas que conformaron el Movimiento Indígena del ARI con los que compartió además la ceremonia de homenaje a la Pachamama. A ellos les anticipó que el próximo 27 de abril “habrá una sorpresa muy grande” y si bien se cuidó de realizar un pronóstico, aseguró que “cuando uno hace las cosas bien, cuando uno no miente, cuando uno no roba, cuando uno no se ensucia lo demás no depende de uno”.
En un centro cultural del barrio de San Telmo, Carrió se encontró con unos 30 dirigentes de comunidades indígenas pertenecientes a las etnias Toba, Colla, Guaraní, Mapuche y Wichi que llegaron desde Chaco, Formosa, Jujuy y La Pampa. El encuentro sirvió para lanzar el Movimiento Indígena (MIARI) que apoyará a la chaqueña en los próximos comicios presidenciales. Como todo encuentro indígena que se precie, antes de comenzar invocaron a la Pachamama (Madre Tierra) para agradecer por la reunión.
Uno de los dirigentes condujo la ceremonia explicando cada uno de los pasos y su significado mientras Carrió sostenía una bandera multicolor que identifica a las comunidades aborígenes.
Así fue como realizaron un pequeño pozo en la tierra y se fueron colocando hojas de coca, cenizas, mientras una pequeña vela ardía. Luego la rociaron con chicha y vino “para que la Pachamama no tenga sed”. Raúl Wamani, el encargado de dirigir la ceremonia, recordó que el Tawantinsuyu, el nombre original del Imperio Inca, “se regía sólo por tres leyes: Amasua, Amaquellua y Anallullua que significan no mentir, no robar y no ser holgazán”. La aclaración sirvió para que Carrió aclarara que son las tres normas que rigen al ARI.
Concluida la ceremonia, los dirigentes indígenas la invitaron a degustar platos típicos que, como era de esperar, Carrió probó todos y cada uno. Las elecciones no estuvieron ausentes durante el almuerzo que estuvo rociado de vino común y chicha, una bebida alcohólica típica que se realiza a partir de la fermentación del maíz en agua azucarada.
La conversación con los integrantes del flamante MIARI no escapó a las inminentes elecciones. Las chances de pasar a una segunda vuelta e incluso de una posible derrota fueron los temas que abordó la candidata con los dirigentes. “Como ya les dije, creo que habrá una sorpresa, de todas formas me entrego a la providencia, cuando uno hace las cosas bien, cuando uno no miente, cuando uno no roba, cuando uno no se ensucia lo demás no depende de uno”. Advirtió luego que muchos piensan que en caso de ser derrotada “voy a dejar de ser la que soy, o de tener la autoridad moral que tengo. Se equivocan”, aseguró, para luego señalar que en caso de ganar también se equivocan aquellos que “creen que voy a dejar de ser la que soy o dejar de depender de un montón de cosas que no dependen de mi. La sencillez, la humildad y la autoridad moral no dependen de un voto más o menos”, dijo. No terminó allí, mirándolos a los ojos Carrió recordó que “hay mucha gente de un voto silencioso” que le expresa su apoyo.
La candidata del ARI se comprometió con los representantes del MIARI a designar, en caso de acceder al gobierno, a un representante indígena al frente del Instituto Nacional contra la Discriminación y la Xenofobia (INADI).
La charla no avanzó mucho más, los platos típicos se sucedían unos a otros y nadie evitó probarlos. La música andina invadió el centro cultural. Una pareja se animó a bailar una danza típica llamada tilco. Carrió dijo que le encantaba la melodía y pidió que la repitieran, esto provocó que la invitaran a compartir el baile que, según explicaron los integrantes de la comunidades aborígenes, es una danza guerrera. La candidata del ARI dudó un momento, pero la insistencia fue tanta que sesumó a los bailarines y así finalizó el primer encuentro del Movimiento Indígena del ARI.