El ex cabo Luis Alberto Sánchez reforzó con su testimonio la denuncia contra catorce marinos por espionaje ilegal en la base Zar de Trelew, al declarar en el juicio que se desarrolla en Rawson. “Esas tareas de Inteligencia requeridas por la superioridad violaban las leyes de Defensa Nacional y de Seguridad Interior”, afirmó Sánchez, en línea con testimonios como el del cabo Carlos Alegre, que originó la causa en 2006, y el del jefe de Inteligencia del Estado Mayor Conjunto, general Eduardo De María.

El ex suboficial naval declaró por teleconferencia desde España, donde se radicó a raíz de las sanciones y amenazas que sufrió tras negarse a espiar a “factores”, explicó, en referencia a las personas que la Armada consideraba potencialmente hostiles a la fuerza. También declararon por videoconferencia la abogada Carolina Varsky y Horacio Verbitsky, del CELS.

Sánchez explicó que las órdenes se originaban en “requerimientos del jefe del Estado Mayor General de la Armada”, que era el almirante Jorge Godoy, y comprometió al entonces vicejefe de la Armada, Benito Rótolo, al rechazar la posibilidad de que ignorara las órdenes. Varsky recordó los primeros contactos con Alegre, luego de que el cabo enviara un recorte periodístico con anotaciones manuscritas y hasta marzo de 2006, cuando completó la documentación que derivó en la denuncia. “El CELS tuvo siempre entre sus objetivos la depuración de las Fuerzas Armadas” y los documentos aportados “demostraban claramente que se estaba realizando una práctica” de seguimiento y espionaje, dijo. “Cuando alguien en las Fuerzas Armadas detecta que hay una transgresión (legal) sabe que hallará en el CELS un oído receptivo, que es lo que ocurrió en este caso”, aseguró Verbitsky.