El Ministerio de Trabajo dictó la conciliación obligatoria en el conflicto de la Línea 60, y convocó a los choferes y la empresa ex Monsa a una audiencia para esta tarde, con el objetivo de destrabar un conflicto que dejó a Buenos Aires durante dos días sin el servicio de su línea más popular, que transporta diariamente 200 mil personas. La conciliación dispone que por 15 días hábiles la empresa dé marcha atrás con los despidos; por su parte, los trabajadores deben levantar el paro para sentarse a una negociación.

La audiencia entre los representantes de la empresa y los delegados comenzará a las cuatro de la tarde en las oficinas que el ministerio tiene en la avenida Callao al 100. El subdirector nacional de Negociación Colectiva del Ministerio, Adrián Caneto, la convocó un día después de haber intimado a la empresa a ofrecer, antes de que finalice la jornada de hoy, una respuesta a las demandas planteadas.

Los choferes van a ir al encuentro con el apoyo de una movilización en la puerta de la sede de Negociaciones Colectivas. En cambio, al cierre de esta edición no habían confirmado si levantarán la huelga. Anoche habían empezado a discutirlo en asambleas. Trabajan por turnos, la idea era debatirlo en cada turno y las asambleas debían hacerse en tres cabeceras –las de Constitución, Maschwitz y Rincón–. Por esto, la normalización del servicio se podría empezar a concretar recién durante la madrugada de hoy. Sin embargo, algunos delegados tenían la postura de mantener las medidas de fuerza hasta que les garanticen una solución.

Los choferes reclaman por cuatro despedidos, diferencias salariales adeudadas por mala liquidación y 120 sanciones tomadas en represalia por las protestas contra los despidos, señaló el delegado Héctor Cáceres. Junto con esto hacen otro planteo más de fondo sobre los subsidios que recibe la empresa y las deficiencias del servicio.

“El problema es que con la guita del subsidio que pone el Estado, la empresa no pone el mínimo de servicios. Hay horarios en los que en el recorrido de Constitución a Maschwitz tenés un colectivo cada 40 minutos. Eso produce muchos problemas”, sostuvo Cáceres. “Los servicios están un 30 o 40 por ciento por debajo en la hora no pico, el mínimo que están dando es pésimo.”

El presidente de la ex Monsa, Marcelo Pasciuto, argumentó que no es así y contraacató acusando al cuerpo de delegados de querer armar una cooperativa para adueñarse de la Línea 60. En ese sentido, dijo que la empresa “está totalmente al día y se maneja en el marco de los regímenes de transporte”. Y en cuanto al conflicto con los trabajadores, aseguró que tienen predisposición para dialogar en un marco “lógico y razonable de respeto”, aunque opinó que “las medidas de fuerza adoptadas son totalmente irracionales”.

Ayer, mientras cumplían el segundo día de paro, los choferes cortaron la colectora de la Ruta Panamericana a la altura del kilómetro 42,950. Allí la policía intervino para desviar el tránsito y evitar atascamientos.

Otro sector de la Línea 60 se manifestó en Constitución, donde funciona una de las cabeceras. También hubo una concentración con quema de neumáticos frente a la terminal de la empresa en la localidad bonaerense de Ingeniero Maschwitz.

Desde Tigre, el ex jefe de Gabinete Sergio Massa, hoy intendente de esa localidad, criticó a la empresa por “no generar ámbitos de diálogo con el personal que permitan evitar situaciones que dejan finalmente de rehenes a los usuarios”. Massa advirtió en un comunicado de prensa que hizo llegar a los medios que, debido “a la pelea entre la intransigencia de la empresa y el conflicto laboral, hay más de 250.000 usuarios perjudicados, que pierden presentismo, horas de trabajo o llegan tarde a la escuela”. También hizo algún cuestionamiento a la decisión de los delegados de ir a un paro por tiempo indeterminado ya que, sostuvo, “se perjudican con la medida y tienen otros mecanismos de reclamo previstos en el convenio colectivo de trabajo”.