La información apareció ayer al mediodía en los sitios de noticias por Internet. La versión daba cuenta de que el gobierno porteño había clausurado la sede principal de la Asociación Madres de Plaza de Mayo, ubicada en Hipólito Yrigoyen 1854, en la que funcionan una librería, el flamante bar El Revolucionario y se dictan algunas clases de la universidad del organismo de derechos humanos liderado por Hebe de Bonafini. En paralelo, a través de Twitter circularon fotos de un acta en la que aparentemente la Dirección General de Protección del Trabajador porteña (DGPdT) ordenaba la “clausura preventiva”. Sin embargo, las Madres no sólo negaron la clausura, sino que además el local funcionó en forma normal durante toda la jornada. La administración de Mauricio Macri no hizo alusión al tema.

“No vamos a pronunciarnos a modo de desmentida de una información que es completamente falsa”, apuntó Luis Larranz, quien trabaja en el área de Comunicación de Madres.

La versión sobre el cierre del local de la asociación estuvo acompañada de la difusión por Twitter de fotos de un acta de la DGPdT, que depende del Ministerio de De-sarrollo Económico, a cargo de Francisco Cabrera, que ordena la “clausura preventiva” del local ubicado en “Yrigoyen Hipólito 1854” perteneciente a la “firma Fundación Madres de Plaza de Mayo” debido a varias causas. En las imágenes aparecían fragmentos del acta con datos como “1: Faltan recargar matafuegos; 2: Falta completar señalización de salida; 8: Falta orden y limpieza en subsuelo; 10: Falta ventilación en puestos de trabajo (...) de subsuelo...”.

Bonafini relacionó la inspección de los funcionarios con una aversión política del oficialismo porteño a la apertura del bar El Revolucionario, que la asociación fundó el 24 de marzo pasado. “Nosotros abrimos un bar que se llama El Revolucionario y a (el jefe de Gobierno porteño, Mauricio) Macri se le atravesó todo. Vinieron inspectores a ver si teníamos los matafuegos, a joder. No importa, los atendí igual, pero todos están queriendo que lo cierren. Eso es una gran expresión de deseo, no sólo de los macristas, sino de aquellos que creen que los revolucionarios son terroristas. Ningún revolucionario es terrorista; los revolucionarios hacen la revolución porque aman a su pueblo”, manifestó durante la visita a una localidad cordobesa.

La inspección fue confirmada por Larranz. “Los inspectores que recorrieron la sede el miércoles pasado señalaron que algunos matafuegos estaban descargados, que un tablero electrónico funcionaba mal, pero nada grave. También verificaron que los empleados estaban en blanco y que el resto de los registros estaba al día”, informó el comunicador y remarcó: “No clausuraron el local, que no dejó de funcionar en ningún momento”.