En el Frente Amplio Progresista condicionaron un acuerdo con la UCR para las elecciones de 2013 a que los radicales definan primero si quieren ubicarse como parte de la centroizquierda en el escenario político. Luego de los gestos de acercamiento que hicieron la semana pasada Hermes Binner y Ricardo Alfonsín, varios dirigentes socialistas volvieron a mostrar que son reticentes a la posibilidad de cerrar filas para las legislativas del año próximo.

El jefe del bloque socialista de la Cámara de Diputados, Juan Carlos Zabalza, advirtió en este sentido que “habrá que ver cuál será el alineamiento definitivo de la UCR” antes de pensar en un frente. Así, la mano derecha de Binner relativizó la posibilidad de un acuerdo. Si bien admitió que es “una alternativa abierta”, sostuvo que ésta será posible sólo si los radicales reivindican “un pensamiento progresista común al acuerdo programático del FAP”.

El armado que Ricardo Alfonsín hizo con Francisco de Narváez en la provincia de Buenos Aires para las elecciones pasadas es un recuerdo demasiado fresco para la mayoría de los dirigentes del FAP. “No podemos acordar con una UCR que fue con el macrismo a abrazar Tribunales. No es sólo una cuestión ideológica sino de práctica política; mientras ése sea el rumbo del radicalismo, es difícil un acuerdo”, expresó ayer el diputado Claudio Lozano. A su entender, los fracasos de otras expresiones de centroizquierda, como el ARI y el Frepaso, obedecieron a que esas fuerzas “subordinaron su propia construcción a viejas estructuras”, sin anteponer lo programático. Y agregó: en el FAP “no tenemos inconveniente en conversar ni con radicales ni con peronistas”, pero dejó en claro que la idea de compartir boleta con los radicales no le genera entusiasmo.

Otro que salió a calificar de improbable la alianza fue Humberto Tumini, del Movimiento Libres del Sur. “Por ahora es muy difícil. Por lo menos hasta que la UCR resuelva sus propias contradicciones, aunque no cerramos la puerta a ningún acuerdo, ni nacional ni provincial”, sostuvo.

La semana pasada, Binner dijo que no descartaba conversar con Alfonsín para avanzar en la discusión de un programa común. Ayer, cuando lo volvieron a consultar sobre si tiene previsto iniciar negociaciones para sumar a su fuerza a la UCR, o a otros espacios como la Coalición Cívica y Proyecto Sur, contestó que el interés del FAP “no es poner bolillas negras. Argentina es un país con enormes posibilidades que se han desaprovechado y se están desaprovechando. Hay que fijarse objetivos hacia adelante, no mirar hacia atrás. Esto de ver si Dorrego fue así o asá, si Rivadavia fue más o menos... Dorrego está, Rivadavia está. Están en el bronce. Miremos hacia adelante. Hay que tener una política económica y social clara. Entonces, primero hay que ponerse de acuerdo en el país que queremos”. El santafesino no quiso anticipar si va a encabezar la lista de diputados del FAP. Su fuerza tiene 22 diputados nacionales, electos en sólo cuatro distritos, los de mayor población: Buenos Aires, Capital Federal, Santa Fe y Córdoba. Por esto podría buscar acuerdos electorales para garantizar su presencia en otras provincias.

Desde el radicalismo, el diputado Miguel Bazze aceptó como “posible” un entendimiento en el futuro porque existe “un base de coincidencias importantes” entre las dos fuerzas. De todas formas aseguró que el punto no es considerado una prioridad. “El radicalismo es un partido con presencia en todo el país, es una fuerza de gobierno y, como tal, su primer desafío es instalarse como alternativa frente a la sociedad.”