Lunes, 4 de junio de 2012 | Hoy
EL PAíS › RODRíGUEZ LARRETA DEBIó RETRACTARSE DE SU ACUSACIóN
El jefe de Gabinete porteño había denunciado a miembros de La Cámpora por haberlo agredido. Ahora dice que no lo agredieron, y la hinchada del club Comunicaciones asumió el hecho.
Por Julián Bruschtein
El jefe de Gabinete porteño, Horacio Rodríguez Larreta, debió retractarse ayer de su denuncia en contra de la agrupación La Cámpora por agresiones durante un acto en Villa del Parque. “Los atacantes eran de la barra de Comunicaciones”, aseguró Larreta desmintiéndose a sí mismo por las declaraciones del día anterior. “Ser patotero a veces significa decir cosas que no corresponden”, destacó a Página/12 el vicepresidente segundo de la Legislatura porteña, Juan Carlos Dante Gullo. El incidente ocurrió por la intención del Gobierno de la Ciudad de adquirir el club Comunicaciones, algo a lo que se oponen los hinchas.
“Se acercó un socio de Comunicaciones a decir que el club no tenía nada que ver, que eran de la barra brava de Comunicaciones”, aseguró Rodríguez Larreta al oficializar su vuelta atrás en la denuncia contra La Cámpora. Aun así Larreta no quiso terminar con la polémica y agregó que “algunos de los chicos que estaban en la puerta vieron que entraban algunas personas que estaban en un grupo repartiendo panfletos de La Cámpora en la esquina”. Dante Gullo condenó las falsas acusaciones de Larreta en contra de la agrupación cristinista y agregó que “si la gente del club Comunicaciones le hace una protesta tendría que hacerse cargo y punto”.
El sábado a la mañana, el jefe de Gabinete porteño se encontraba en un salón de fiestas de Villa del Parque con el presidente de la Comuna 11 y un puñado de vecinos. Promediando el encuentro, un grupo de jóvenes con las camisetas del club Comunicaciones ingresó al grito de “Comu no se vende” y lanzó huevos en dirección del funcionario. Después del incidente, Rodríguez Larreta denunció que se analizaban “temas de barrio cuando entró en el medio una patota tirando huevos y pegándole a la gente”. El funcionario apuntó al grupo como militantes de La Cámpora que repartían volantes en la esquina. Incluso, en un comunicado de prensa que emitió el gobierno porteño, adjuntó una foto con los volantes como si fueran la prueba de la identidad de los manifestantes.
El problema para el jefe de Gabinete llegó unas horas más tarde de sus denuncias, cuando el Ministerio de Seguridad explicó qué había pasado. El subsecretario de Políticas de Seguridad e Intervención Territorial, Darío Ruiz, informó que se había atrapado a uno de los integrantes del grupo agresor y que estaba vinculado con el club de fútbol. “Nada tuvo que ver la gente de La Cámpora. Lo que los socios reclamamos, sin compartir esta metodología, es que el club no se venda”, confirmó Ezequiel Segura, dirigente de Comunicaciones, a este diario el mismo día de los incidentes.
“No realizaré una denuncia porque no fui agredido, pero mañana otorgaré a la Justicia todos los datos disponibles”, sostuvo Larreta, intentando que se apague el conflicto que inició, sin pruebas contra la agrupación kirchnerista. “Se abrió una puerta y entraron 25 personas con la cara tapada que empezaron a agredir, pero no llegaron a mí por estar del otro lado del salón”, explicó el ministro porteño su versión cada vez más alejada de la original. “Los vecinos dijeron que había gente de dos organizaciones repartiendo volantes en la puerta”, agregó el funcionario, pasando la responsabilidad de las acusaciones falsas al grupo de vecinos con los que se reunió esa mañana.
El legislador kirchnerista Dante Gullo acusó a Larreta de estigmatizar a la juventud porque “trata a toda la juventud de patotera, cuando ser patotero significa a veces decir cosas que desfiguran la realidad”. Las falsas denuncias de Larreta fueron repudiadas por distintas organizaciones kirchneristas, quienes las emparentaron también con las acusaciones sobre el diputado provincial José Ottavis. La Corriente Peronista Descamisados, La Corriente Nacional Martín Fierro y el Peronismo Militante destacaron en un comunicado que “la campaña de descalificación contra el compañero José Ottavis y las maliciosas denuncias del jefe de Gabinete del jefe porteño Mauricio Macri” se sumaban a un “coro de comunicadores y políticos opositores decididos a ser voceros de las corporaciones, en especial de las patronales rurales y el monopolio Clarín”. Las tres organizaciones apuntaron que “la agresión permanente a los compañeros de La Cámpora la sentimos como un ataque contra todos los que acompañamos a la presidenta Cristina Fernández de Kirchner en la defensa del proyecto nacional”.
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