EL PAíS › LA CARTERA LABORAL CITó A MOYANISTAS Y ANTIMOYANISTAS PARA DISCUTIR SOBRE EL CONGRESO DE LA CGT
“Audiencia de conciliación” es la fórmula a la que apeló Trabajo para ver si los sindicalistas se ponen de acuerdo sobre la validez del congreso, convocado por Hugo Moyano, para renovar autoridades de la CGT el 12 de julio.
› Por Julián Bruschtein
El Ministerio de Trabajo convocó a una “audiencia de conciliación” para mañana a las 12, a los dos sectores de la CGT, por la disputa de la elección de autoridades. “Esta audiencia tiene por objeto lograr un acuerdo que permita superar las discrepancias planteadas”, destacaron los funcionarios del ministerio en la convocatoria, intentando una última instancia para que los sindicalistas lleguen a un acuerdo ante la impugnación presentada por “falta de quórum” en el llamado a elecciones. Si la medida no prospera, los sindicatos llevarán el reclamo a la Justicia.
“Vamos a ir para que Moyano entienda que la convocatoria estuvo mal hecha y hay que realizarla de nuevo como corresponde. Tiene que entender que su tiempo al frente de la CGT ya se terminó por prácticas como ésa”, aseguró a Página/12 un dirigente del espacio que se agrupó lejos del liderazgo del camionero y que plantea “la necesidad de un cambio” en la CGT. El encuentro al que convocó el ministerio era esperado por el agrupamiento enfrentado al camionero ante la cercanía cada vez mayor del 12 de julio, fecha en la que el moyanismo viene trabajando para desarrollar el Congreso Sindical y elegir a la nueva cúpula cegetista. “Dimos todos los pasos que teníamos que dar. Consultaremos con nuestro abogado y a partir de ahí veremos”, afirmó el secretario general del gremio de los canillitas y hombre de confianza del líder de la CGT, Omar Plaini.
La impugnación fue presentada a principios de junio en Trabajo por los dirigentes de cuatro gremios en representación de todo el espacio –los Independientes, los Gordos y ex moyanistas– que le quitó su apoyo a Moyano: Ricardo Pignanelli de Smata, Antonio Cavalieri de Comercio, Carlos West Ocampo de Sanidad y Julio Ieraci de Luz y Fuerza. En el texto del documento plantearon la “nulidad absoluta e insanable” de la reunión del consejo directivo del 27 de abril en el que Moyano convocó al Comité Central Confederal para el 23 mayo “en virtud de no haber alcanzado el quórum necesario para sesionar válidamente, conforme lo exige el artículo 50 del estatuto de la CGT”, enfatizando que “el estatuto es muy claro: se debe contar con la presencia de la mitad más uno de los miembros electos, con mandato vigente”. La aclaración apuntó a que había representantes de los gremios en la reunión, pero que era solamente a título informativo y “no pueden considerarse como presencias válidas para alcanzar el quórum”.
“Esta medida, adoptada una vez cumplidos los plazos para que se fijaran posiciones y se ofreciera la prueba pertinente, tiene por objeto lograr un acuerdo que permita superar las discrepancias planteadas”, precisó el comunicado del Ministerio de Trabajo. En el marco de una CGT ya partida por el distanciamiento político de ambos sectores –ellos mismos plantean que no hay retorno–, la presentación fue criticada por el moyanismo. “Sería nefasto para el Gobierno si impugna la elección”, había dicho el gremialista y diputado del Frente para la Victoria Facundo Moyano al enterarse de la solicitud de la oposición. Pero la jugada del agrupamiento que dejó a Moyano de lado apunta a retomar en sus manos la convocatoria y realizarla “tal y como dice el estatuto”, lo que le dejaría el reconocimiento de ser mayoría y la iniciativa política en sus manos.
El alejamiento de Moyano de las políticas del gobierno nacional y su pase espasmódico a las filas de la oposición profundizaron las diferencias internas en la central obrera. Así, Moyano fue hilando actos de reproche hacia la Casa Rosada como sucedió en Huracán en diciembre, en Parque Roca hace unos meses y concluyó con el paro y movilización de la semana pasada. La utilización de la agenda sindical, como la suba del mínimo no imponible de ganancias o los topes a las asignaciones familiares para hacer “actos políticos”, terminaron de definir la situación.
En rigor el encuentro de mañana en la sede del ministerio de Callao al 100 sería el inicio de la formalización del quiebre de la CGT. Con Moyano desoyendo las críticas por la “falta de legalidad” con la que se manejó, para continuar puliendo la organización del congreso en el microestadio de Ferro, que acompañará con una movilización de “treinta mil trabajadores”, como viene anunciando. Por otro lado, los gremios que plantean tener la mayoría del Consejo Directivo –19 representantes de 35 integran este espacio– no demorarán en reunirse y convocar a una nueva reunión de consejo directivo para emprender el camino de su propio congreso.
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