Mié 04.07.2012

EL PAíS  › DETUVIERON A LA MUJER DEL REPRESOR DE LA ESMA JORGE VILDOZA

Una fuga que duró 24 años

Es la apropiadora de Javier Penino Viñas. Había huido del país junto a su marido y el niño en 1986. La ubicaron en Acassuso, por llamadas que hizo a sus hijas. Habría cruzado varias veces la frontera con documentación falsa.

Ana María Grimaldos, esposa del ex jefe del Grupo de Tareas 3.3 de la ESMA, capitán Jorge Vildoza, fue detenida ayer a la madrugada en una casa de Acassuso luego de permanecer 24 años como prófuga de la Justicia. La mujer de 76 años es la apropiadora de Javier Gonzalo Penino Viñas, que nació en la ESMA durante el cautiverio de su mamá, Cecilia Viñas, quien permanece desaparecida, pero tuvo contacto con su familia hasta abril de 1984. Vildoza y Grimaldos huyeron del país en 1986, cuando todavía no tenían orden de captura. Javier recuperó su identidad en 1998, luego de someterse voluntariamente a un análisis de ADN, y vive en Inglaterra con su mujer y sus hijos.

Grimaldos era una de los cuatro imputados por apropiaciones con pedido de captura. Además de Vildoza siguen prófugos Juan Carlos Vázquez Sarmiento, oficial de la Fuerza Aérea, apropiador de Ezequiel Rochistein, quien recuperó su identidad, y Ricardo Luis Von Kyaw, del Ejército, ex miembro del Destacamento de Inteligencia 101 de La Plata, reconocido por su actuación en el centro clandestino La Cacha, acusado como el entregador de un niño nacido en cautiverio. La Unidad Especial de búsqueda de personas del Ministerio de Justicia ofrece recompensas de hasta 100 mil pesos a quien aporte información (al 5300-4020) que permita ubicarlos.

La mujer ingresó al país con una identidad falsa y fue descubierta luego de realizar llamadas telefónicas desde la casa de Acassuso a sus hijas, quienes quedaron en Argentina cuando los apropiadores huyeron del país. Cuando le informaron que estaba detenida y le tomaron los datos, Grimaldos dijo que es “viuda”, dato que podría ser cierto, pero también una estrategia para desalentar la búsqueda del represor. La Justicia investigó que Grimaldos entró y salió del país varias veces con dos identidades falsas –Ana María Marianuchi y Ana María Sedano– y fue apresada cuando estaba a punto de viajar a Londres para conocer a la tercera hija del joven apropiado. En el allanamiento ordenado por la jueza María Romilda Servini de Cubría en un departamento que también ocupaba la mujer se secuestraron fotos familiares tomadas durante las últimas dos décadas, incluida una de Javier con sus apropiadores durante su casamiento.

Cecilia Viñas fue secuestrada en octubre de 1977, embarazada de siete meses, junto con su marido, Hugo Penino, también desaparecido. Ella era delegada gremial en Smata y ambos militaban en el ERP. Cecilia fue vista en cautiverio en el centro clandestino Vesubio y luego fue trasladada a la base naval de Mar del Plata, desde donde fue enviada a la ESMA para dar a luz. Vildoza era del selecto grupo de marinos que visitaba “la pequeña Sardá”, como llamaban a la maternidad clandestina. “Durante mucho tiempo venían a visitarla a la pieza de las embarazadas los altos jefes: Antonio Vañek, Rubén Jacinto Chamorro y Vildoza. Eran visitas permanentes”, recordó la sobreviviente Sara Solarz de Osatinsky en el juicio oral por el plan sistemático de robo de bebés, en el que declararon Cecilia Fernández de Viñas, madre de Cecilia, y su hermano Carlos. Durante una audiencia del juicio que concluirá esta semana se escucharon fragmentos de los ocho llamados que Cecilia hizo entre 1983 y abril de 1984, en los que decía estar con “custodia militar” y pedía que buscaran a su hijo. La familia grabó los llamados y pidió intervención al ministro del Interior, Antonio Troccoli, quien encomendó la investigación a la Policía Federal, que no llegó a ningún resultado.

Vildoza fue uno de los principales jefes de la ESMA entre 1976 y 1980. El padrino de bautismo del bebé del que se apropió es el represor Roberto Luis Pertussio, ex jefe de la fuerza de submarinos de la base de Mar del Plata, por cuyos crímenes ya fue condenado a prisión perpetua. La causa se abrió en 1984 a partir de la denuncia de la madre de Cecilia y acumula diecinueve cuerpos. En 1986 el matrimonio se fue a Suiza con el niño y dejó en el país a sus tres hijos. Desde entonces no se supo más de ellos, aunque se sospechaba que estaban radicados en Inglaterra. En 1998, mientras navegaba por Internet, Javier leyó una noticia sobre el pedido de captura sobre quienes creía sus padres y le envió una carta a Servini de Cubría donde se ponía a disposición para realizarse el ADN. El joven viajó solo a la Argentina, supuestamente para visitar a su hermano de crianza, y se realizó el examen. El 13 de agosto de 1998 recuperó su identidad.

“Creo que hay un punto en el que la Justicia está en deuda con la sociedad y con nosotros”, declaró el año pasado su tío Carlos Viñas en el juicio por el plan sistemático. “Mientras no se haga justicia, no sé si este chico está libre de verdad o está en libertad vigilada”, dijo. “Pudo haber recuperado su identidad, pero no su libertad”, ya que “mientras no tengamos a Vildoza, mientras no se haga justicia, ese chico no sé si está libre”, explicó. Acerca de Vildoza circularon infinidad de rumores sobre su ingreso al país para regentear una firma a nombre de su cuñado, American Data, pero lleva un cuarto de siglo impune y prófugo.

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