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Movimientos sociales, organismos de derechos humanos, sindicatos y organizaciones no gubernamentales se convocaron ayer en el barrio Pico de Oro, de Florencio Varela, donde el viernes una banda narco incendió la casa de dirigentes barriales que habían presentado una denuncia. A modo de respaldo, hicieron una marcha hasta la casa, de la quedaron sólo los escombros, y una asamblea en la que evaluaron los pasos a seguir.

A la reunión concurrieron el secretario de Gobierno y la secretaria de Derechos Humanos de la municipalidad, que se comprometieron a tomar medidas para dar seguridad a los denunciantes.

Los funcionarios propusieron una custodia policial, pero los vecinos les plantearon que el lugar el viernes tenía un patrullero de la Comisaría 1ª de Florencio Varela, que se retiró sospechosamente momentos antes del ataque.

Así, finalmente se acordó que fuera la Gendarmería a vigilar la zona. Uno de los participantes de la asamblea relató a Página/12 que hay mucha preocupación porque las bandas que manejan el paco están dando una violenta pelea por el control del territorio en el barrio, conocido como la base de distribución de todo Florencio Varela. Dirigentes de las organizaciones sociales aseguraron que los integrantes de la banda de narcotraficantes “están identificados, todo el mundo sabe quiénes son hace mucho”, pese a lo cual continúan actuando en la zona.