Luego de un concurso que demoró varios años y que cosechó sus polémicas, ayer asumieron los cuatro nuevos jueces federales, con lo que quedó completo de nuevo el fuero federal, el que se encarga de las causas contra funcionarios públicos, entre otras tareas. El juramento se lo tomó la Cámara Federal en el salón Auditorium de los tribunales de Comodoro Py y entre el público se mezclaron varios integrantes del Poder Judicial y del Consejo de la Magistratura.

El primero en prestar juramento fue Sebastián Ramos, hasta ayer secretario del juzgado federal de Daniel Rafecas y desde ahora nuevo titular del juzgado federal 2 porteño. Ramos juró ante el titular de la Cámara Federal porteña, Martín Irurzun, por “Dios, Nuestra Señora y la Patria”.

Luego fue el turno de Sebastián Casanello, quien asumió en el juzgado federal 7 luego de ser, primero, secretario de la fiscalía federal de Eduardo Freiler y Federico Delgado y, después, secretario de la Sala I de la Cámara Federal, cuando Freiler ascendió a un puesto en ese tribunal de apelaciones. A Casanello justamente le tomó juramento Freiler. Visiblemente emocionado lo hizo por “la Patria, vuestro honor y la Constitución Nacional”.

A continuación juraron también con Irurzun Marcelo Martínez de Giorgi, por la “Patria y el honor” para ocupar el juzgado federal 8, y Luis Rodríguez, “por Dios y los Evangelios”, único proveniente de otro fuero, el criminal ordinario, y quien quedó al frente del federal 9.

Entre los presentes estuvieron los jueces federales Norberto Oyarbide –quien con estas asunciones dejó de manejar dos juzgados como subrogante–, Julián Ercolini y Ariel Lijo; fiscales como Carlos Rivolo y Ramiro González y el presidente de la Cámara del Crimen porteña Gustavo Bruzzone. Además, estuvieron los camaristas de Casación Gustavo Hornos, Mariano Borinsky, Luis María Cabral y el presidente del Consejo de la Magistratura, el juez Mario Fera.