EL PAíS › LA FOTO CON MAURICIO MACRI NO CAYO BIEN ENTRE LOS SINDICALISTAS ALINEADOS EN LA CGT DEL CAMIONERO
El acercamiento al jefe de Gobierno sumó más inquietud en el moyanismo, que no ve con buenos ojos los pasos políticos del líder de ese espacio. A pesar de las disidencias, hay moyanistas que se sienten más cerca del Gobierno que de sus nuevos aliados.
› Por Miguel Jorquera
“Una foto no es una construcción política”, es la frase más repetida dentro de la CGT que conduce Hugo Moyano después de que el camionero posara en un encuentro sindical junto al jefe de Gobierno porteño, Mauricio Macri, y las especulaciones sobre una alianza política entre ambos, para enfrentar al gobierno nacional, se dispararon velozmente. Una posibilidad que el propio sindicalista se encargó de alimentar casi como un juego y que no pocos en el macrismo festejaron. De todas maneras, el acercamiento de Moyano al jefe del PRO molestó a varios dirigentes gremiales moyanistas, que ya ven con cierta inquietud los pasos que transita el camionero y los lugares elegidos para mostrarse en su cruzada personal contra el Gobierno. “Compartimos las demandas de los trabajadores y la decisión de no renunciar a nuestras banderas históricas”, afirman como un gesto de lealtad a Moyano, pero esquivan cualquier definición a favor de las posturas políticas que asume el pope cegetista. Muchos de esos referentes sindicales esperan –aunque con cierto desánimo– alguna señal del Gobierno en respuestas a sus reclamos para salir de una situación política que los incomoda.
“Es la fórmula perfecta”, respondió Moyano con un dejo de ironía, para referirse a un binomio presidencial Moyano-Macri para 2015, ante la insistencia de los periodistas que lo consultaba sobre un posible acuerdo político con el jefe de gobierno porteño, mientras el pope cegetista se acercaba al Congreso para manifestarse contra la ley de ART que se discutía en Diputados. Apenas un día antes, Moyano y Macri disertaron y posaron para la foto durante un encuentro sindical organizado por el jefe de los peones rurales, Gerónimo “Momo” Venegas.
“Comparto lo que dice Mauricio Macri de que el campo es la industria fundamental”, dijo allí Moyano y dejó en claro que la única diferencia entre ambos es futbolística: “Lastima que es de Boca”. Macri le regaló una rosa blanca al camionero, también frente a las cámaras de TV y flashes fotográficos. El Momo comparó el encuentro con el “abrazo Perón-Balbín”. Todos se encargaron de alimentar las suspicacias alrededor de un posible acuerdo político entre ambos.
“Creo que eso era más un chiste que otra cosa”, fue la primera respuesta que esgrimió su hijo, el diputado Facundo Moyano, cuando se iba de la sesión para no votar a favor ni en contra de la nueva ley impulsada por el Gobierno y le preguntaron sobre los dichos que su padre pronunció afuera del Congreso sobre la fórmula Moyano-Macri. “Me costaría mucho apoyarla y votarla. No podemos interpretar una foto entre dirigentes que fueron legitimados, más a allá de que no me guste Macri”, completó.
El argumento de Moyano hijo pasó a ser la muletilla entre los dirigentes sindicales de la CGT encabezada por el camionero. “Una foto no es una construcción política”, repiten ante las consultas sobre el acercamiento a Macri. Aunque por lo bajo, reconocen que hay actitudes de “El Negro” que los desacomodan. A muchos de ellos les molestan los lugares y los interlocutores que escoge Moyano para hacerse oír y a pesar de sus disidencias se siguen sintiendo más identificados con el Gobierno que con los aliados “circunstanciales” que se le acercan al camionero.
Afirman que previnieron a Moyano sobre el trato que ahora le dispensan los opositores al Gobierno y los medios que lo denostaron duramente cuando integraba el oficialismo: “Ahora sos rubio y de ojos celestes. Pero en la primera de cambio volvés a ser el negro de mierda”, le habrían advertido. “Moyano lo sabe”, dicen, pero no todos comparten la estrategia. Mientras para algunos es una forma de hacer más visibles los reclamos de la central sindical, otros lo consideran un camino demasiado sinuoso e imprevisible.
Todos coinciden en revindicar la lucha gremial de Moyano y su alineamiento junto al camionero en “la garantía” que no traicionará las demandas de los trabajadores. Una lista que se redujo a la eliminación del Impuesto a las Ganancias para los asalariados, la universalización de las asignaciones familiares y la deuda que el Gobierno tendría con las obras sociales. “Ni siquiera estamos pidiendo aumentos de salarios”, se quejan.
Lamentan –en especial quienes provienen del MTA– que “el Gobierno haya roto la alianza estratégica con los trabajadores”. Muchos de ellos esperan que el Gobierno acceda a algunos de sus planteos para tratar de recomponer una relación, aunque son pocos los que abrigan esperanzas.
Comparten la estrategia sindical y hasta la alianza con la CTA de Pablo Micheli, pero a pocos les agradan algunos de los atajos políticos que eligió transitar el camionero y que incomoda a muchos de los que decidieron acompañarlo. “Esto –afirman– Moyano también lo sabe.”
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