Mar 27.05.2003

EL PAíS

El primer día de Kirchner en la Rosada fue un pasamanos sin fin

El Presidente recibió al príncipe Felipe de España, a Fidel Castro y a Hugo Chávez, entre otros. El ministro del Interior prometió “cambios estructurales muy fuertes” en relación con las provincias.

No fue ayer como habían prometido porque el día se fue en las reuniones de protocolo y en la exploración del nuevo hábitat de trabajo. El organigrama del gabinete de Néstor Kirchner quedará definido entonces durante el curso de esta semana con la designación de los funcionarios que ocuparán los ministerios a nivel de secretarías, subsecretarías y direcciones. Algunos auguran cambios importantes. El ministro del Interior, Aníbal Fernández, prometió “cambios estructurales muy fuertes” en su cartera, sobre todo en lo que tiene que ver con la relación con las provincias y con el Parlamento.
La crónica dirá que Kirchner llegó a la Casa Rosada en su primer día como presidente en funciones a las 8.32. Los Kirchner aún no se mudaron a Olivos, por lo que el Presidente durmió en su departamento de Barrio Norte y se trasladó en el mismo Renault Laguna azul que utilizó el domingo para la ceremonia de asunción. El Presidente esta vez no se tentó para ir a saludar a nadie en la calle, sino que caminó sobre la alfombra roja directo hasta donde lo esperaba el jefe de la Casa Militar, el vicealmirante Carlos Carbone, y el oficial de Granaderos que lo recibió con el tradicional “Casa de Gobierno, sin novedad”.
La primera entrevista Kirchner la tenía agendada a las 9 con el príncipe Felipe de Asturias, quien le llevó una carta de saludo de su padre, el rey Juan Carlos de España. Luego, se reunió con siete presidentes latinoamericanos y recibió más cartas de felicitación de parte de la reina de Inglaterra, del primer ministro británico, Tony Blair, y del presidente de Francia, Jacques Chirac.
Fuera de las entradas y salidas de los visitantes que ocasionaban el movimiento de periodistas y custodios, la Casa Rosada lució ayer semivacía y con escasa actividad. Los pocos funcionarios designados se acomodaron en sus despachos y se hicieron ver poco y nada. El jefe de Gabinete, Alberto Fernández, ocupó el despacho que le corresponde en Gobierno, además de la oficina que tiene en el último piso del ex edificio Somisa, sede de la cartera. Alberto Fernández adelantó que no habría ayer anuncios de nuevas designaciones y que el resto del gabinete se iría completando a lo largo de la semana. No obstante, algunos ministros completaron su cronograma por las suyas como en el caso de Educación y Defensa.
El otro Fernández, el de Interior, también ocupó su nuevo despacho en la planta baja de la Rosada. “El primer día es para trabajar en la estructura: no estoy conforme con la estructura que tenía el ministerio”, reveló Aníbal Fernández, quien hasta ayer nada había dicho al respecto. Prometió cambios estructurales que permitan a las cámaras del Congreso trabajar junto a los gobernadores de cada provincia superando diferencias a corto plazo. El ministro no aclaró cómo piensa alcanzar ese funcionamiento, pero recalcó que lo principal es modificar cuanto antes la ley de coparticipación federal. “Hay que recomponer la relación con las provincias y trabajar en la reforma electoral y trabajar en determinados elementos comprometidos y no alcanzados, que este gobierno tiene que cumplir para que la gente siga respetándolos y reconociéndolos como tal”, sostuvo el ministro.
Además de los Fernández, otro de los ministros que pasó ayer por la Casa de Gobierno fue el de Educación, Daniel Filmus, quien se encontró brevemente con el Presidente antes del mediodía. Filmus le presentó a Kirchner el listado con sus designaciones, incluyendo a la del secretario de Ciencia y Técnica, Tulio Del Bono, que se conoció ayer. Luego, el Presidente almorzó en su despacho pollo con arroz y siguió recibiendo a las delegaciones extranjeras. Se entrevistaron con Kirchner el presidente de Perú, Alejandro Toledo; el de Colombia, Alvaro Uribe; el de Bolivia, Gonzalo Sánchez de Lozada; y el de Venezuela, Hugo Chávez; con una media hora de diferencia entre una audiencia y otra.
Más tarde, continuaron el enviado de George Bush, el secretario de Vivienda Mel Martínez; el presidente del Consejo Constitucional deFrancia, Yves Guerra, y, pocos minutos antes de las 15, ingresó el presidente cubano, Fidel Castro.
Con los visitantes, entraba y salía el canciller Rafael Bielsa, quien participó de las reuniones con presidentes extranjeros al igual que el secretario general de la Presidencia, Oscar Parrilli. El último en ver al Presidente fue el ministro de Economía, Roberto Lavagna. Después, Kirchner salió para el Congreso al velatorio del diputado socialista Alfredo Bravo, su última actividad de su primer día como presidente.

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