Rafael Bielsa hará una pequeña pausa para terminar de coordinar el viaje de Néstor Kirchner a Brasil. Pero una vez resuelto el tema, el canciller continuará con los cambios en las áreas sensibles del Ministerio de Relaciones Exteriores. Anoche, según pudo saber Página/12, se estudiaba el relevo del subsecretario de Coordinación y Cooperación Internacional, Federico Carlos Barttfeld.
Bielsa partirá hoy a Brasilia para ultimar detalles de la cumbre que la próxima semana mantendrá el presidentes argentino con su par brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva. Pero sus hombres se encuentran trabajando en el armado de la nueva Cancillería, más acorde con los lineamentos que ya dejó entrever Kirchner.
Hay muestras en ese sentido con el nombramiento de Jorge Taiana, quien asumirá como subsecretario de Política Exterior en reemplazo de Fernando Petrella. Taiana, quien sufrió la cárcel durante la dictadura, fue secretario de Derechos Humanos de la provincia de Buenos Aires y tuvo un cargo jerárquico en la Comisión Interamericana de Derechos Humanos. Petrella, en cambio, además de estar procesado por la venta ilegal de armas, antiguos funcionarios de la Cancillería aseguran que tuvo estrechas vinculaciones con la Marina en los años de plomo.
Ahora, la mira de Bielsa está puesta en Barttfeld, otro de los hombres de “La Casa” –como en la jerga política se conoce a la Cancillería–, quien estaría asociado a paradigmas de la represión y el horror, como Emilio Massera y también con la Logia Propaganda Due, que dirigió el lamentablemente célebre Licio Gelli.
La subsecretaría de Barttfeld es estratégica. Maneja los recursos del ministerio. Y de ella depende, además, la Dirección General de Cooperación Internacional. Es decir, la puerta de entrada de los aportes de la ONU para los Programas de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD). De esos aportes nacen contratos y acuerdos de trabajos de consultoría que, en muchos casos –según reconocen en el propio Palacio– no resistirían ni la más generosa auditoría.
De Barttfeld también dependen los traslados de funcionarios diplomáticos. Y, dicen en el edificio de Arenales y Esmeralda, tuvo incidencia en el traslado a la embajada argentina en El Salvador, en marzo de este año, de Silvio Neuman, pese a que se jubilará automáticamente en menos de un año. Dicho de otro modo: le “regalaron” cuatro sueldos (algo así como 40 mil dólares de gastos de traslado), más los pasajes.
En el runrún de la Cancillería aseguran que Barttfeld sabe que tiene los días contados en el puesto y que, por ello, promueve en su lugar al embajador Gustavo Figueroa. Cerca de Bielsa, en cambio, prefieren mantener el misterio hasta la próxima semana.